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El aumento de casos de anorexia y bulimia entre menores refuerza el papel del pediatra en la detección precoz


Un trabajo de psiquiatras y pediatras de la Clínica Universidad de Navarra, el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid y el Hospital Universitario y Politécnico La Fe subrayan la necesidad de mejorar la prevención y el trabajo multidisciplinar ante el incremento de esos trastornos en edad pediátrica

Foto en la planta de Psiquiatría, de las Dras. Covadonga Canga y Azucena Díez, de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica para ilustrar una noticia sobre los trastornos alimentarios.
Las doctoras Covadona Canga y Azucena Díez, especialista y directora, respectivamente, de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra.

15 de septiembre de 2025

Los trastornos de la conducta alimentaria son patologías graves y en aumento que exigen un abordaje temprano e integral. Por ello, el papel del pediatra es decisivo, tanto para la detección y estabilización inicial, como en la prevención y en el acompañamiento continuo. Esta es la principal conclusión de un artículo publicado en la revista Anales de Pediatría por especialistas del Departamento de Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra, de la Unidad de Medicina del Adolescente del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid y de la Unidad del Niño Internacional del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia.

La Dra. Azucena Díez, directora de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica, explica que “la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón son enfermedades mentales graves que suelen aparecer en la infancia o adolescencia y que conllevan un deterioro significativo de la salud física, psicológica y social. Hemos detectado un incremento notable de estos trastornos tras la pandemia del COVID-19. Su inicio es cada vez más temprano y su creciente frecuencia refuerzan la importancia de que el pediatra sea consciente de su papel necesario como agente de prevención, detección precoz, evaluación y acompañamiento”.

La Dra. Raquel Jiménez, jefa de la Sección de Pediatría General y de la Unidad de Medicina del Adolescente del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, afirma que “el pediatra tiene un papel fundamental en la prevención primaria fomentando una relación sana con la alimentación y el cuerpo. Ante la detección de un posible caso, se debe actuar de forma inmediata para estabilizar al paciente mientras se accede a la atención especializada”.

Por su parte, la Dra. Gemma Ochando, pediatra de la Unidad del Niño Internacional del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, recalca que “no se debe olvidar que estos trastornos requieren un enfoque interdisciplinar para no dejar solo al paciente, sobre todo, en las fases tempranas, ya que una detección a tiempo puede evitar complicaciones en el futuro”.

Más prevención, sobre todo en mujeres

Para avanzar en la prevención para evitar la aparición de estos trastornos, los investigadores destacan en el artículo la importancia de evitar dietas restrictivas, ayunos o pérdida de peso sin control médico y fomentar, por el contrario, hábitos saludables, comidas en familia y una relación positiva con la imagen corporal. Además, es necesario mantener un alto índice de sospecha ante síntomas somáticos como el dolor abdominal, los mareos, la amenorrea -ausencia de la menstruación en una mujer en edad fértil- o cualquier conducta alimentaria inusual.