Al alimón

Tuberías humanas o de metal, pero en plena forma


Cirugía Vascular vs Mantenimiento La Angiología y la ingeniería son dos superconductores. Sangre y vida versus gases y agua. Las tuberías del cuerpo y las arterias de acero inoxidable que trepan por las paredes de cualquier construcción tienen muchos paralelismos saludables

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José María Hípola

Especialista en Cirugía Vascular

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Sergio Martín

Servicio de Mantenimiento

Texto: Álvaro Sánchez León

Fotografía: Manuel Castells

1 de junio de 2024

Sergio Martín: ¿Qué hace un cirujano vascular?

José María Hípola: Los especialistas en Angiología y Cirugía Vascular nos encargamos de mantener a salvo las arterias y las venas del cuerpo, excepto las del corazón y las que pueblan el interior de la cabeza. Abordamos todas las patologías relacionadas con esas tuberías. La especialidad tiene una parte médica, y otra quirúrgica. Trabajamos tanto el diagnóstico como el tratamiento, sea médico o quirúrgico. La Cirugía Vascular es una especialidad que está presente en casi todas las intervenciones. Tiene mucha importancia, pero a veces es una especialidad menos conocida, aunque estamos muy orientados al trabajo en equipo con muchas otras especialidades.

J.M.H.: ¿Y tú, a qué te dedicas dentro de Mantenimiento?

S.M.: Los profesionales de Manteamiento nos encargamos de toda la gestión de las instalaciones del hospital. Tenemos dos funciones principales: el mantenimiento como tal, y dar soporte al Departamento de Obras, junto al que estudiamos las reformas y vemos cuáles son las mejores soluciones para adaptar las instalaciones que tenemos a lo que se necesita. Entre otras cuestiones, me ocupo específicamente de velar por la salud de las tuberías de la Clínica. Hemos hecho un cálculo rápido y, después de las obras de ampliación, podemos tener 400 kilómetros de tuberías por todo el hospital. Es posible que nos quedemos incluso un poco cortos… Además de custodiar las tuberías de agua, las instalaciones eléctricas y de incendios son instalaciones que también ocupan labores de mantenimiento.

J.M.H.: ¿400 kilómetros? ¿Esa es la distancia que hay, aproximadamente, entre Pamplona y Madrid?

S.M.: Sí, sumando las tuberías que llevan gases medicinales, fontanería, saneamiento, incendios y climatización.

S.M.: ¿Cuáles son las enfermedades más habituales que tratáis los cirujanos vasculares?

J.M.H.: El Servicio de Cirugía Vascular se ocupa del manejo integral de las enfermedades que afectan a todo el aparato circulatorio del organismo (arterias, venas y vasos linfáticos), entre las que destaca la insuficiencia venosa crónica (varices), enfermedad arterial periférica (“síndrome del escaparate”), los aneurismas de aorta y la enfermedad carotídea aterosclerótica, relacionada con los ictus. Ofrecemos tratamientos avanzados mínimamente invasivos, utilizando la última tecnología para las enfermedades vasculares y técnicas como la angioplastia, los stents y las endoprótesis.

J.M.H.: ¿En las tuberías de un edificio como este se producen trombos?

S.M.: Nuestro trabajo es que no se produzcan cuidando su mantenimiento preventivo. Las tuberías de climatización son de hierro, y las de fontanería, de acero inoxidable, que asegura una larga duración de la instalación. En las de hierro, normalmente, se arrastran pequeñas partículas que se van desprendiendo de la propia tubería, y nosotros trabajamos para asegurar que eso no afecte a la salud de las instalaciones. De todas formas, este edificio es muy joven y está en plena forma.

S.M.: ¿Cuál es la mejor manera de prevenir trombos en nuestro sistema vascular?

J.M.H.: Para las arterias, lo más letal es el tabaco, el colesterol, el azúcar y la tensión. Hay que prevenir sus consecuencias cuidándonos lo mejor posible. Además, merece la pena centrarse en todo lo que afecta a la circulación y dificulta el retorno venoso, como el exceso de peso. Caminar y vivir más activamente siempre es un buen desatascador natural. Algunas complicaciones, como las varices, pueden ser genéticas, pero cuidarse con sentido común y diligencia mejora la circulación.

J.M.H.: ¿Te veías siendo ingeniero en las tripas de un hospital?

S.M.: No, la verdad es que no, y menos de Mantenimiento, porque los ingenieros de Obras Públicas, normalmente, solemos estar más volcados hacia construcción y hacia el hormigón. Pero yo siempre he estado vinculado profesionalmente a las instalaciones.

S.M.: ¿Por qué te decidiste a especializarte en Cirugía Vascular?

J.M.H.: Siendo estudiante, me formé en el Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. Allí coincidí con dos cirujanos vasculares que me hicieron caso y me transmitieron su pasión por esta especialidad: los doctores Agustín Utrilla y Jorge Haurie. Me atraía la combinación entre especialidad médica y quirúrgica, y la amplitud de sus competencias. Cuando hice el MIR, aposté sobre seguro.

J.M.H.: Todo nuestro sistema vascular pivota sobre la actividad del corazón. ¿Existe algo similar en el mundo de las tuberías?

S.M.: En el edificio industrial, anejo al hospital, está el centro de operaciones de la red de tuberías de la Clínica. Ahí palpita el corazón de las instalaciones, y desde ahí hacemos todo el reparto de las tuberías al hospital. También nuestro peculiar sistema vascular de tuberías de metal tiene sus arterias, sus aortas, sus venas y sus capilares.

S.M.: ¿Qué es el sistema vascular?

J.M.H.: El sistema vascular está formado por el corazón y los vasos sanguíneos, y se encarga de mover la sangre por todo el cuerpo. Este sistema ayuda a que los tejidos reciban suficiente oxígeno y nutrientes, y a que eliminen los productos de desecho. En cada latido, el corazón envía sangre a todo el cuerpo, transportando oxígeno a todas sus células. Después de distribuir el oxígeno, la sangre vuelve al corazón. Desde allí, la sangre se bombea hacia los pulmones, donde se vuelve a cargar de oxígeno. Este ciclo se repite una y otra vez. El aparato circulatorio está formado por las arterias, que transportan la sangre desde el corazón al resto del cuerpo, y las venas, que la mueven desde el cuerpo hasta el corazón.

J.M.H.: ¿Hay alguna tubería secreta que conecte las sedes de la Clínica de Pamplona y Madrid?

S.M.: Los servicios de Mantenimiento de Pamplona y de Madrid estamos en continua comunicación. Durante la reciente acreditación de la Joint Commission International ese apoyo ha sido más que evidente. Ese conducto de conexión no es físico, pero existe. La comunicación y la colaboración entre ambas sedes es buena, aunque siempre se puede conectar mejor.

S.M.: ¿Crees que la conexión entre ambas sedes con el corazón de la Clínica –su identidad, su misión, sus valores– la facilitan las arterias y las venas que nos unen a los profesionales de Pamplona y de Madrid?

J.M.H.: Lo que yo he visto en la Clínica, no lo he visto en otros sitios. Aquí, la colaboración entre especialistas es total. Todos nos sentimos parte del mismo equipo, independientemente de la sede en la que ejerza. Y de eso nos beneficiamos todos, empezando por los pacientes. Pongo como ejemplo la relación entre Cirugía Vascular y Radiología Intervencionista. Esa estrecha colaboración forma parte de la identidad de la Clínica. Aquí no hay gente pujando solo por su parte del pastel.

S.M.: ¿Por las venas de los especialistas sanitarios de la Clínica fluye con éxito la combinación de asistencia, investigación y docencia?

J.M.H.: ¡Fluye muy bien! Es una interacción que la Clínica favorece. Todo el mundo quiere que cures, enseñes, investigues y publiques, pero eso requiere tiempo y medios. En este ambiente de trabajo, esa realidad se impulsa, también gracias a que somos un hospital académico. Como muestra, un botón: en abril hicimos las primeras cien revascularizaciones transcarotídeas (TCAR) de España, que han sido una novedad asistencial importante, y acaban de publicarnos en una revista científica de impacto una investigación sobre el tratamiento novedoso para las varices pélvicas impulsados por este Servicio, y de cuyo trabajo se alimenta mi tesis doctoral.

S.M.: Además de eso, el Servicio de Cirugía Vascular de la Clínica en Madrid tiene fama de ser el más divertido de todos…

J.M.H.: Es que el Dr. Leal tiene un imán…

J.M.H.: Muy interesantes estas charlas interdisciplinares.

S.M.: Sí. Un placer.

J.M.H.: Efectivamente, hay muchos paralelismos entre nuestras actividades profesionales. De hecho, nosotros explicamos a los pacientes las enfermedades con el símil de las tuberías, porque lo entienden perfectamente.