Cirugía estética, belleza, felicidad y perfección en tiempos de TikTok
Las redes sociales han cambiado el paradigma y los cánones de belleza, y la cirugía estética es un espejo de esa realidad. Por los pasillos del Museo Nacional Thyssen, hablamos de este escenario, sus consecuencias y sus horizontes con el Dr. Álvaro Cabello, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universidad de Navarra

Texto: Álvaro Sánchez León
Fotografía: José Juan Rico
2 de octubre de 2025
- “Doctor, quiero la nariz de esta famosa”.
Estamos en el Museo Nacional Thyssen. Madrid. Hemos venido a charlar con el Dr. Álvaro Cabello, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universidad de Navarra, sobre un 'temazo': el equilibrio de la belleza, la aceptación personal y los logros de la medicina.
Lo hacemos paseando y contemplando la colección permanente en un viaje pictórico desde los primitivos flamencos hasta las vanguardias del siglo XX. Muchos retratos, muchas mujeres, muchos hombres, muchos cánones estéticos diferentes, y el paso de la Historia del Arte por la aspiración universal de los seres humanos por gustar y gustarse, y su relación con la felicidad.
Entre salas, estilos y épocas, los maestros renacentistas, impresionistas y modernos nos cuentan que ya mantuvieron esta conversación. Así que en medio de ese río donde la belleza se convierte en memoria compartida, sumamos un punto de vista muy particular para retratar a la sociedad en los tiempos de TikTok desde la consulta de un cirujano estético plástico millennial.
La invasión de los espejos
“Las redes sociales, las videollamadas y los selfies han llenado de espejos nuestras vidas”, destaca el doctor. En un hospital eso se nota, por ejemplo, en el aumento de las cirugías de párpados, sobre todo desde la pandemia de las mascarillas. Más atención para perfeccionar la mirada en un momento en el que “la cirugía plástica y estética se ha democratizado, está más accesible para todos, y ya no es un tabú contar que nos hemos sometido a una intervención estética”.
En las calles del siglo XXI Cabello percibe “una creciente búsqueda de la perfección física y de la felicidad a través de la apariencia. Las redes nos exponen constantemente que, además del éxito profesional, tener un buen coche, vestir con una ropa determinada y vivir en una casa notable, tenemos la obligación de ser guapos y lucir cuerpos sobresalientes”.
Aunque tanto la Historia del Arte como la del pensamiento nos hablen del afán universal de vivir lo mejor posible, Instagram ha conseguido que ese deseo hiperventile hasta hacerse viral, aunque sea una realidad exclusivamente digital. El caso es que el doctor palpa “una escasa tolerancia a la frustración o a la imperfección. Ante rasgos menos armoniosos o proporcionados de nuestro cuerpo, enseguida nos encasillamos en el no-me-gusta y lo tengo que cambiar inmediatamente, sin esfuerzo y sin dolor”. Y, claro, fuera de las redes y de las pantallas, “la varita mágica no existe”.
“La varita mágica no existe”
Aun así, el Dr. Cabello comenta que, en alguna ocasión, algunos pacientes han aterrizado en la consulta con un autorretrato tuneado con Photoshop y una carta a los Reyes Magos: “Quiero estar así”. Pero la medicina no es un programa de edición fotográfica.
Las redes sociales tienen muchas propiedades positivas, pero también son un caldo de cultivo de conductas imitatorias, de comparaciones, de sueños de Walt Disney y de obsesiones por alcanzar un objetivo físico: “Los influencers se han convertido en prescriptores de cirugía estética. Algunos son un escaparate de propaganda y eso es peligroso, porque hablan como si supieran de medicina y pueden confundir o generar falsas expectativas”.
En las paredes del Thyssen-Bornemisza hay muchos rostros inmóviles llenos de vida. El de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, pintado por Domenico Ghirlandaio. Una foto de perfil en toda regla procedente del Quattrocento florentino. O el de Mujer en el baño, de Roy Lichtenstein. Puro pop art refrescante. Y hay instantáneas al óleo de hombre con sortija, de un joven caballero en un paisaje, de un campesino y del propio barón de la casa, todos ellos creados entre el siglo XV y el siglo XX.
Inmersos en toda esta variedad, el Dr. Cabello cuenta cómo, en los tiempos de TikTok, algunos pacientes llegan a la consulta pidiendo resultados poco seguros, pero que han visto en otros, a veces incluso creados con Inteligencia Artificial: “En algunos casos, que haya otro profesional que ofrece un resultado imposible prima más que el prestigio del médico o del hospital donde se realiza una intervención”. A un especialista en este ámbito de la medicina, muchas veces, le corresponde escuchar, proponer a cada paciente el reto de no compararse con nadie –“Quiero la nariz de esta famosa”–, poner los ídolos estéticos en su sitio, rebajar su carga emocional y hacerle partícipe de que le vamos a ayudar a conseguir su mejor resultado.
Le toca, en definitiva, hacer entender a cada persona que lo solicita que “la cirugía estética está basada en varios principios fundamentales: la proporcionalidad, la armonía, la preservación de la funcionalidad, la naturalidad, los resultados duraderos y la máxima seguridad. Esto es lo que nosotros vamos a brindar siempre a nuestros pacientes”.
Cuando alguna persona quiere esa nariz, ese mentón o esos labios, al Dr. Cabello le corresponde la tarea de trascender con altura y hacer propuestas personalizadas, adaptadas a cada paciente, evitando el error de decidir a corto plazo, pensando en las consecuencias para el futuro porque, por ejemplo, “se ha puesto de moda quitarse las bolas de Bichat –cúmulos de grasa situados en las mejillas– para realzar los pómulos. Con el tiempo, eso nos termina mostrando rostros con evidente envejecimiento precoz”.
El canon de la belleza ‘fit’
Entre todos estos cuadros, que son espejos de cánones de belleza dispares de tiempos diferentes, el doctor analiza tres rasgos generales del estándar estético de esta sociedad cambiante: apariencia atlética, resultados naturales y armoniosos, y cuidado y prevención de la piel.
Son tendencias que se observan “en los gimnasios llenos, el crossfit como trending topic y el boom de los fármacos para combatir la obesidad”, en los resultados no distorsionados, “ya que, después de la moda de los rellenos o fillers y su sobreindicación, se vuelve a hacer viral el lifting facial. Se trata de una técnica que permite retrasar los signos de envejecimiento de la cara y el cuello, recuperando los mismos rasgos juveniles del rostro de hace 10 o 20 años”. Además, subraya el especialista, “la piel luminosa, uniforme y con apariencia saludable es casi un nuevo canon de belleza en sí mismo. Cada vez son más los procedimientos que promueven la estimulación del colágeno y la regeneración tisular”.
En línea con esas tendencias, las intervenciones estéticas más habituales en la sanidad española son las liposucciones, que reducen la grasa localizada; las lipoesculturas, que remodelan y esculpen el cuerpo; la cirugía de pecho –ginecomastia en el caso de los hombres que necesitan corregir el aumento anormal del tejido mamario–, la rinoplastia, para modificar la forma, tamaño o proporciones de la nariz; la blefaroplastia, que se realiza para eliminar el exceso de piel, grasa o músculo en los párpados; y la abdominoplastia, que aplana y reafirma la pared abdominal.
-¿La arruga ya no es bella?
-Para muchas personas, no. Tampoco se buscan rostros congelados, sin expresividad, como de gelatina, pero sin arrugas.
Aumentan, pues, procedimientos no invasivos que refuerzan la calidad de la piel y la retracción cutánea, como el lifting o las técnicas láser, y también las infiltraciones de rellenos de grasa autóloga, “un relleno natural que, además, contiene muchos factores de crecimiento y células madre, como se ve en los resultados que llenan Instagram últimamente con influencias procedentes de Hollywood”.
Pasamos por Santa Catalina de Alejandría, de Caravaggio. Rostro sereno. Belleza clásica. Por el Retrato de Millicent, duquesa de Sutherland, de Sargent. Elegancia. Poder. Sofisticación. Una musa moderna con aires mitológicos en más de dos metros y medio de lienzo. Por Fränzi ante una silla tallada, de Kirchner. Expresionista. Sonrientemente turbia. A todo color.

DR. ÁLVARO CABELLO
Especialista del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora
Una cirugía estética personalizada y de vanguardia
Cuenta el Dr. Cabello que “en la Clínica Universidad de Navarra estamos a la vanguardia de la cirugía estética del siglo XXI. Con los criterios médicos de referencia y el afán por respetar la dignidad de cada persona, remodelamos partes del cuerpo para mejorar la apariencia o disminuir signos del envejecimiento, con lo que conseguimos mejorar la calidad de vida, la autoestima y el bienestar psicológico del paciente”.
En consulta, “explicamos a cada paciente el porqué de cada paso, para que entienda qué se puede hacer y qué no conviene. A veces, incluso nos toca argumentar por qué esa persona no es candidata a una determinada intervención. En general, vemos que la cirugía estética evita dolores, elimina sintomatologías paralelas y hace más feliz a los pacientes, que se ven mejor, más a gusto consigo mismos”.
En esas conversaciones previas a una cirugía entre médico y paciente, “se explica la importancia del equilibrio, que tiene mucho que ver con el criterio médico. La sociedad puede idolatrar cuestiones que no son ciertas. La formación y la experiencia del especialista sirven para encontrar el punto medio entre aceptarse y parecer otra persona”.
Ante el Retrato de Enrique VIII de Inglaterra, de Hans Holbein el Joven o el Autorretrato con gorra y dos cadenas, de Rembrandt, el Dr. Cabello reafirma la importancia de la confianza de los pacientes en “la formación, las habilidades manuales, el manejo de las técnicas innovadoras y la creatividad” de los especialistas en la materia.
-¿Hace falta creatividad para ser cirujanos estéticos?
-Hay gente que hace un castillo perfecto con cajas de cerillas. Y pintores como estos, que atrapan la humanidad de un rostro y lo convierten en obra de arte. Espero que no suene presuntuoso, porque es una cuestión que no es fácil de explicar, pero el cirujano estético, además de la preparación médica, debe contar con un cierto don y una visión espacial, que son valores importantísimos para la destreza profesional. Esta especialidad médica es muy exigente.
Arte. El arte de mirar. El arte de curar. El arte de acertar. El arte de la belleza en su punto de equilibrio. Según el Real Academia Española, “estética”, como sustantivo, significa “armonía y apariencia agradable a los sentidos desde el punto de vista de la belleza”. Esa es la cuestión.