Alimentación saludable

Comer bien para llevar mejor el síndrome de intestino irritable


La alimentación puede convertirse en una gran aliada cuando se trata de mejorar la salud digestiva. Con un enfoque personalizado, adaptado a los síntomas y necesidades de cada paciente, es posible aliviar las molestias frecuentes y recuperar el bienestar

Cómo comer bien para mejorar los síntomas del síndrome de intestino irritable.
La Dra. Maite Alonso, especialista del Departamento de Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra.

Texto: Ana Terreros

Fotografía: José Juan Rico

28 de mayo de 2025

Dolor abdominal, hinchazón, gases… Son síntomas que pueden estar detrás de patologías como el síndrome de intestino irritable, una de las enfermedades digestivas más frecuentes. Se trata de un trastorno funcional que afecta al 14% de la población española, según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). 

Su diagnóstico se basa en criterios clínicos, como la presencia de dolor abdominal y alteraciones en el ritmo intestinal (diarrea, estreñimiento o alternancia de ambos) recurrentes durante, al menos, tres meses. Además, estos síntomas pueden solaparse con los de otros trastornos funcionales y llegar a interferir de forma significativa en la calidad de vida de quienes los padecen.

Para conocer mejor el abordaje clínico y nutricional de este tipo de patologías, hablamos con la Dra. Maite Alonso, especialista del Departamento de Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra, que subraya la importancia de individualizar cada caso. “Sabemos que los trastornos del eje intestino-cerebro, antes conocidos como funcionales digestivos, no tienen una única causa. En su aparición y evolución influyen factores biológicos, emocionales, de estilo de vida... Por eso es tan importante abordar cada caso de forma personalizada, atendiendo a todas las dimensiones del problema. En este enfoque integral, la alimentación es una herramienta fundamental para mejorar los síntomas y la calidad de vida de los pacientes”.
 

Foto silueta Dra. Maite Alonso, especialista Departamento Digestivo CUN
"El objetivo final del tratamiento en los pacientes con trastornos digestivos es mejorar su calidad de vida. Esto implica reducir la intensidad y frecuencia de los síntomas, pero también ayudarles a entender mejor su enfermedad, recuperar el control sobre su salud digestiva y sentirse acompañados en el proceso"

DRA. MAITE ALONSO SIERRA
Especialista del Departamento de Digestivo

¿Dieta? Solo por prescripción de especialistas

La mayoría de los pacientes con síndrome de intestino irritable relacionan sus molestias digestivas con algún alimento. Una de las primeras preguntas que muchos se hacen es si deben eliminar de su dieta, por ejemplo, el gluten o la lactosa. En ocasiones, estos cambios dietéticos pueden suponer una mejora de los síntomas, pero no siempre son necesarios ni recomendables.

“El principal objetivo de la intervención dietética es ayudar al paciente a seguir una alimentación equilibrada y variada, evitando restricciones innecesarias o autoimpuestas. Empezar con pautas basadas en hábitos saludables suele ser eficaz en muchos casos. Aun así, cada persona es diferente. Personalizar la dieta significa adaptarla a los síntomas y necesidades concretas de cada cual, ayudándole a mejorar sus hábitos y su estilo de vida”. 

Subraya la Dra. Alonso que “es muy común que, cuando los pacientes llegan a consulta, ya hayan excluido ciertos grupos de alimentos para mejorar sus síntomas. Sin embargo, hacer modificaciones o restricciones dietéticas sin una indicación médica y sin la supervisión profesional puede tener consecuencias negativas para la salud. Es importante acudir a profesionales especializados para garantizar un diagnóstico y tratamiento seguro y eficaz”. 
 

Preparación de platos de comida saludable en el Servicio de Dietas CUN Madrid.

Preparación de platos de comida saludable en el Servicio de Dietas CUN Madrid.

Dieta baja en FODMAPs

Una de las estrategias nutricionales con más evidencia en el tratamiento de este síndrome es la dieta baja en FODMAPS. Se trata de una dieta baja en carbohidratos de cadena corta presentes en algunos alimentos, que se absorben de forma deficiente en el intestino delgado y que al llegar al colon son fermentados por las bacterias intestinales, produciendo gases y atrayendo agua. Este tipo de dieta consta de tres fases. En primer lugar, se restringen estos alimentos entre 4 y 8 semanas; en una segunda fase se reintroducen para comprobar la tolerancia de cada uno y, finalmente, el especialista personaliza la dieta en función de lo observado en la etapa anterior. 

“La dieta baja en FODMAPs puede ser útil para aliviar algunos síntomas de esta enfermedad, como el dolor abdominal, la distensión, los gases o la diarrea. La realización de una adecuada historia clínica que nos ayude a identificar qué personas se van a beneficiar de este tipo de dietas es clave. La orientación de un nutricionista avala el proceso, con sus revisiones periódicas y durante el tiempo estrictamente necesario, para para evitar déficits nutricionales u otros efectos no deseados”.
 

El peligro de las modas alimentarias

Las redes sociales se han convertido en una fuente constante de información sobre salud, pero no toda la información es fiable. A menudo, los pacientes llegan a la consulta influenciados por lo que ven en internet sobre tendencias dietéticas o recomendaciones sobre suplementos que prometen soluciones rápidas. La Dra. Alonso subraya que “en las redes sociales circulan numerosos consejos dietéticos que, en algunos casos, pueden generar confusión. Seguir dietas restrictivas sin supervisión profesional, especialmente durante periodos prolongados, puede provocar desequilibrios en la microbiota intestinal, alterar la motilidad digestiva y generar un impacto negativo en el bienestar emocional y social del paciente. Además, hay que tener especial precaución en personas con riesgo de desnutrición o en aquellos con antecedente o sospecha de trastornos de la conducta alimentaria”.

“El objetivo final del tratamiento en los pacientes con trastornos digestivos como el síndrome de intestino irritable u otros del eje intestino-cerebro, es mejorar su calidad de vida. Esto implica reducir la intensidad y frecuencia de los síntomas, pero también ayudar al paciente a entender mejor su enfermedad, recuperar el control sobre su salud digestiva y sentirse acompañado en el proceso. Para lograrlo, es fundamental un abordaje individualizado y multidisciplinar de cada caso. La implicación activa del paciente, la educación sanitaria, el acompañamiento cercano y el uso de estrategias basadas en la evidencia científica son la base para avanzar hacia el bienestar digestivo real y duradero”.
 

Fresas del huerto de CUN Madrid

Recomendaciones para mejorar los síntomas digestivos  

  1. Mantenga una alimentación equilibrada y variada. Lo ideal es seguir una dieta basada en alimentos fres­cos con frutas, verduras, proteínas de calidad y grasas saludables.
  2. Coma despacio y en un ambiente tranquilo. Masticar bien los alimentos y dedicar el tiempo necesario para comer facilita la digestión y reduce la sensación de hinchazón y malestar.
  3. Establezca horarios regulares de comida. Comer a las mismas horas ayuda a regular el ritmo intestinal y favorece la motilidad.
  4. Evite el exceso de alimentos ultraprocesados, grasas saturadas, bebidas azucaradas o alcohólicas. Estos productos pueden alterar la microbiota y empeorar los síntomas digestivos.
  5. Hidrátese adecuadamente. Beber suficiente agua durante el día es fundamental para el correcto funcionamiento del intestino, especialmente en casos de estreñimiento.
  6. Cuide su salud emocional. El estrés, la ansiedad o los trastornos del ánimo pueden provocar un impacto negativo sobre el aparato digestivo. Las técnicas de relajación y el apoyo psicológico, cuando es necesario, forman parte del abordaje integral.
  7. Manténgase físicamente activo. El ejercicio moderado, adaptado a cada persona, favorece el tránsito intestinal, reduce el estrés y mejora el bienestar general.
  8. Cuide el descanso nocturno. Cuidar el descanso nocturno ayuda a regular el eje intestino cerebro y contribuye a mejorar los síntomas digestivos. 
  9. Consulte con profesionales especializados. Ante síntomas persistentes o si estás pensando en hacer cambios importantes en tu alimentación, es clave contar con un equipo profesional experto.