Estreno de la maternidad: vivencias del primer embarazo
El equipo del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra, incluidos ginecólogos, obstetras, matronas y enfermeras especializadas, nos acompaña durante las principales fases del estreno de la maternidad en una serie de dos capítulos: el embarazo; y el parto y posparto, que abordaremos en el próximo Noticias.CUN

Texto: María Domínguez
Fotografía: Manuel Castells
1 de junio de 2024
Ser padres por primera vez te descubre nuevas realidades; no solo cuando por fin coges a tu hijo en brazos, sino antes incluso de saber que estás embarazada. Y lo hace en términos médicos y fisiológicos, y al mismo tiempo te hace replantearte pensamientos, valores y creencias en uno mismo, dentro de tu pareja y con tu familia y entorno.
En los últimos años, se está viviendo una tendencia por mostrar todas las caras que tiene la maternidad, tratando de no idealizar un proceso que, como todo, tiene sus luces, pero también sus sombras. Y es que son muchas las dudas e incertidumbres que se experimentan durante el periodo de gestación, y que irán evolucionando y acompañándote a lo largo de la vida de tu hijo.
Son muchas las cuestiones a tener en cuenta y, sobre todo, las fuentes que tratan de ayudar y dar respuesta. Tus padres, suegros, amigos o internet están repletos de opiniones y recomendaciones que no siempre reman en la misma dirección. Por eso, es importante buscar y rodearte de un equipo médico especializado y de confianza que pueda asistirte y acompañarte en este camino de primerizos.

En la foto, el Dr. Álvaro Ruiz Zambrana, responsable del Área de Obstetricia en CUN Pamplona.
Cada mujer debe conocer su ciclo menstrual con el fin de tomar conciencia de su salud reproductiva y reconocer su ventana de fertilidad, por lo que es importante llevar registrado un calendario de seguimiento de la menstruación. Como indican los expertos, “debemos ser conscientes de que cada mujer ovula una media de 13 veces al año, el óvulo vive unas 24 horas y la probabilidad de embarazo en cada ciclo menstrual en una pareja joven y sana es de aproximadamente un 25%”. Con este registro, el objetivo es conocer nuestra diana de fertilidad, además de poder detectar posibles alteraciones o signos de problemas futuros.
Como muestran los porcentajes, lo normal es que sea un proceso en el tiempo hasta conseguir quedarse embarazada. En el momento de una primera falta, las recomendaciones son realizarse el test una semana después, ya que “aunque podría dar positivo en el mismo día, muchas veces no se conoce la fecha de ovulación ni todos los ciclos son regulares”. O, ante la duda, confirmarlo con un segundo test pasados unos días.
Hábitos generalmente recomendados
- Dieta sana y equilibrada: evitar los alimentos crudos o poco cocinados y lavar bien frutas y verduras. Deben seguirse los consejos habituales para prevenir la toxoplasmosis y listeria. Limitar la cantidad de cafeína (1 o 2 tazas de café al día).
- Evita el consumo de tóxicos: alcohol, tabaco y cualquier otra droga. Ninguna cantidad, por mínima que sea, se considera segura.
- El ejercicio físico es seguro y tiene importantes beneficios: las mejores actividades son la natación, la bicicleta estática, el pilates, el yoga adaptado o caminar. La recomendación es combinar ejercicios aeróbicos con fuerza y flexibilidad, evitando grandes pesos o isométri-cos. ¿Contraindicados? Aquellos de contacto o de ries-go, ejercicios dirigidos a fortalecer el recto abdominal o los hipopresivos.
- Suplemento vitamínico: aunque la mayoría se cubren con la propia dieta, existen algunos suplementos necesarios: ácido fólico (el más importante), yodo, o hierro y vitamina D si así lo muestran los análisis de control.
¿Qué hacer si se tienen dificultades para la concepción? En una pareja joven, la gestación se consigue en un 85% durante el primer año, sin embargo, hay distintos factores que influyen en la fertilidad. Uno de ellos es la edad. “Por ejemplo, las mujeres menores de 30 años tienen una probabilidad del 70% de gestar en los primeros tres meses, mientras que las mayores de 35 años lo conseguirán en un 40% de los casos”.
Pero, además, hay que tener en cuenta, tanto en la mujer como en el hombre, su propia salud, la alimentación, evitar el sedentarismo, factores ambientales y psicológicos, y la capacidad de mantener relaciones sexuales. Se recomienda llevar una vida sana, activa y evitar el estrés.
“Si tras un año de relaciones sexuales regulares, a los 6 meses en pacientes mayores de 35 o con antecedentes ginecológicos o urológicos, o quimioterapia previa, no se gesta el embarazo, se recomienda acudir al especialista, especialmente si tienen unidades de fertilidad, donde trabajaremos de la mano para proporcionar los tratamientos y cuidados más adecuados a los padres en su situación particular”.

La Clínica cuenta con una Unidad de Fertilidad para atender a parejas que tienen dificultades en la gestación.
Ante el positivo, son importantes dos cosas: tener la fecha de la última regla y solicitar la cita con el ginecólogo. La vida durante los próximos meses comienza a contar en semanas y el punto de partida es esa última menstruación. Existen aplicaciones web que facilitan este cálculo para saber de cuánto estás embarazada y, con ello, se podrán ir calculando las fechas de revisiones, partos, etc.
“Se debe acudir al médico en torno a la semana 8 de gestación, ya que antes de la semana 6 podría no verse nada en la ecografía”. Una pequeña espera en la que surgen dudas enfocadas a qué se puede comer, si hay que dejar el deporte, etc. O, incluso, qué medicación se puede tomar: “En cuanto a fármacos analgésicos, ampliamente utilizados, el único seguro a lo largo de todo el embarazo es el paracetamol. No se recomiendan los antinflamatorios no esteroideos (como el ibuprofeno), sobre todo en primer y tercer trimestre, y tampoco el metamizol, por riesgo de aplasia medular en el niño”. Ante cualquier duda, lo mejor es leer el prospecto y consultar al médico de atención primaria o ginecólogo.
Pero, ¿qué esperar durante los próximos 10 meses? Sin duda, una experiencia única que pone a prueba tanto el cuerpo como la mente de la madre. Durante este tiempo de crecimiento del bebé, la madre va a experimentar cambios físicos constantes que no afectan a todas por igual. El primer trimestre suele ir acompañado de mayor malestar, con náuseas y vómitos, fatiga, con cambios en el ritmo intestinal y en el humor. Físicamente la tripa tarda en aparecer, pero sí se produce un aumento del pecho.
La entrada del segundo trimestre, en cambio, suele devolver la energía a la madre y es cuando, sobre la semana 20, puede comenzar a notar los primeros movimientos del bebe. El útero alcanza ya la altura del ombligo, por lo que la tripa comienza a hacerse más evidente. Normalmente, las náuseas cesan y se va recuperando el apetito, aunque la acidez y estreñimiento pueden mantenerse.
A medida que progresa el embarazo, las molestias pueden volver e ir en aumento conforme se acerca la fecha de parto. El aumento de peso —se pueden coger entre 7 y 12 kilos para el buen desarrollo del bebé y de la placenta— conlleva un mayor cansancio, retención de líquidos, posibilidad de calambres e hinchazón de las piernas, dolores de espalda y aparición de estrías debido a la tirantez en la piel.

La Clínica cuenta con una Unidad de Fertilidad para atender a parejas que tienen dificultades en la gestación.
Y, en este tiempo, ¿cómo cambia el bebé? El control y acompañamiento médico durante este periodo es fundamental para su correcto desarrollo, por eso las revisiones están planificadas para ello. Hay tres momentos clave: la semana 12, la 20 y en torno a la 26. “En la semana 12 se realiza el cribado combinado de primer trimestre mediante la determinación de unos parámetros hormonales en sangre, datos de la ecografía y otros maternos para estimar el riesgo de que el bebé pueda padecer una trisomía o de que la madre pueda desarrollar preeclampsia (alteración de la tensión arterial)”.En la semana 20 se realiza un estudio detallado de la anatomía fetal y, entre la 24 y 28, se lleva a cabo el despistaje de la diabetes gestacional, una alteración de la regulación de las necesidades de insulina durante el embarazo.
Preparación al parto
Con el comienzo del primer trimestre se inicia la recta final del embarazo, que se considerará a término a partir de la semana 37. Sin embargo, desde la semana 28 puede producirse un parto prematuro. Por ello, es fundamental el seguimiento y la monitorización tanto de la madre como del bebé, especialmente a partir de la semana 35. “Ya en la recta final vemos a las pacientes semanalmente para una monitorización no estresante”.
Son unas semanas en las que las ganas de conocer a tu hijo se mezclan con las molestias relacionadas con un peor descanso, mayor peso de la tripa o cansancio; junto a la planificación y preparativos para tener todo listo para su llegada. Un punto en el que la preparación al parto de mano de las matronas es fundamental para que los padres puedan hacerse a la idea de lo que está por venir.
Cada madre, embarazo y parto son únicos y, pese a esa preparación, no todo se va a poder prevenir. Sin embargo, tomar conciencia del plan y tipo de parto que se quiere seguir y poder compartirlo con el equipo médico ayudará a que ese día todo vaya lo mejor posible. “Durante estas sesiones se busca que los padres sepan identificar los signos de parto como las contracciones o rotura de bolsa, pero también que tengan la tranquilidad de que siempre van a estar acompañados”.
Embarazo de riesgo
Para todas las mujeres, la gestación es una etapa especial de la vida. Sin embargo, cuando el embarazo se diagnostica como de alto riesgo, necesita cuidados específicos que controlen la situación de manera positiva. Son muchos los problemas que pueden aparecer durante la gestación: patologías previas; antecedentes obstétricos desfavorables; o problemas surgidos durante la gestación actual, como la detección de una malformación fetal, retrasos en el crecimiento intraútero o amenaza de parto prematuro.
La finalidad es ofrecer una atención más individualizada y continuada ante situaciones complejas, ayudado por un equipo multidisciplinar con experiencia demostrada en el manejo de la enfermedad materna y fetal. Por tanto, es prioritario que los controles sean suficientes y con la periodicidad adecuada. Todo ello, encaminado a lograr un embarazo saludable, siempre contando con la cercanía del equipo y sin olvidar nunca el imprescindible apoyo emocional.