Pediatría y nutrición: ‘combo’ saludable para educar el paladar de nuestros hijos
El codirector de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra recoge en "A comer también se aprende” su experiencia de 30 años de consulta en torno a la nutrición infantil, especialmente útil para educar a los hijos y ayudarlos a que se conviertan en líderes de su propia alimentación mientras crecen. En el libro participa también la chef Xandra Luque con recetas que convierten en práctica los consejos médicos

Texto: Virginia Correa
Fotografía: José Juan Rico
1 de octubre de 2024
Comer bien es un tema fundamental para la salud, y eso se educa, preferiblemente en casa y antes de los 3 primeros años de vida. Así lo explica el Dr. José Manuel Moreno, codirector del Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra y autor del libro “A comer también se aprende”, recientemente publicado y en el que ha condensado la experiencia médica de más de 30 años en consulta pediátrica.
Con este manual gastronómico de primeros auxilios, en el que también participa el equipo del Área de Dietas de la Clínica en Madrid, liderado por la chef Xandra Luque, busca dar respuestas a las principales preguntas de los padres y las madres en torno a la alimentación de sus hijos, junto a consejos prácticos para que los más pequeños sean líderes de su propia alimentación mientras crecen.
A lo largo de didácticos capítulos que abordan las distintas etapas en la vida de un niño, desde el embarazo hasta la adolescencia, el especialista expone la importancia de lo que se come, cómo se come y cuánto se come, subrayando hábitos fundamentales como sentarse a la mesa en familia o el impacto que tiene la actitud de los padres y su estilo educativo sobre la conducta alimenticia de los hijos, “ya que todos estos factores condicionarán la relación entre una persona y la comida a lo largo de su vida”.
El especialista subraya principalmente este punto. “Comer bien es un tema fundamental para la salud, y eso se educa. Los primeros 3 años de vida son fundamentales, porque en esta etapa es cuando se definen nuestros hábitos alimenticios. Está demostrado que un niño con sobrepeso u obesidad a los 6 años tiene muchas más probabilidades de prolongar esa enfermedad hasta la edad adulta”, ha advertido el doctor.
En este manual de primeros auxilios gastronómicos se mezclan ciencia, medicina, recomendaciones, consejos y recetas para el hogar, en el que el pediatra también aborda las similitudes y las diferencias entre niños con respecto a la comida, las apetencias, los rechazos y el poder transformador de una educación asertiva y positiva por parte de los padres para fomentar hábitos saludables en esta esfera, cada vez más determinante en las sociedades occidentales, donde crecen las tasas de obesidad y las enfermedades mentales relacionadas con el uso o el abuso de la alimentación.
Entre otros consejos, el autor de “A comer también se aprende” invita a los padres a cuidar los desayunos, a integrar a los más pequeños en la cocina, a contar con ellos para hacer la compra, a ser creativos “para que comer bien no se identifique con una dieta aburrida o cara”; a evitar rigideces, “que pueden generar conductas refractarias”; a interpretar las señales que transmiten sus hijos con determinados alimentos o a implicar a los niños en la actividad de huertos domésticos o escolares. Además, el especialista complementa estas consideraciones sobre la comida con reflexiones y propuestas en torno a hábitos como el ejercicio físico, el juego o la calidad del sueño.
Cuatro recetas de Xandra Luque para avalar la teoría
El pediatra y las expertas en gastronomía y nutrición de la Clínica en Madrid proponen en este el libro cuatro recetas que enseñan a despertar la curiosidad e innovar en los platos de manera sencilla, a la vez que se incentiva en los niños las ganas de comer bien de una forma entretenida.

7 consejos “nutritivos” para hacer en casa
- Preparar biberones: la lactancia natural es la mejor forma de alimentar al bebé en los primeros años de vida. En caso de tener que preparar biberones, todos los utensilios empleados deben ser concienzudamente limpiados y esterilizados antes de usar, para evitar bacterias que puedan provocar enfermedades en los lactantes. Es fundamental siempre lavarse las manos y aclarar los instrumentos en agua potable limpia. El almacenamiento debe realizarse cuidadosamente, velando por la temperatura y el adecuado mantenimiento en caso de viaje.
- Cómo acertar con el pescado: una de las formas más fáciles para distinguir entre pescados azules y blancos es mirar su cola. Si tiene forma de flecha o triángulo, será un pescado azul, mientras que, si tiene una cola plana, será blanco. La piel es otro atributo muy característico: si es brillante, será por la cantidad de grasa saludable –contenido en Omega 3– de los pescados azules, mientras que los blancos se caracterizan por tenerla más opaca.
Para reconocer un pescado fresco y en buen estado: fijarnos en que esté brillante, en la firmeza de la piel, que los ojos no estén hundidos y brillen también, que la zona de las agallas esté roja y luminosa, y que no huela a pescado, sino a mar. - Niños comedores selectivos: es posible identificarlos cuando se realiza la transición de las papillas a la alimentación complementaria, entre los 10 y 12 meses de edad, a través del rechazo a ciertas texturas y alimentos. Los profesionales aconsejan “disfrazar” las comidas que no quieren convirtiéndolas en formas agradables para el niño, e incluirlo lo antes posible en la comida con el resto de la familia. Se desaconseja comer mientras se ve la televisión.
- Comer en familia: ayuda a los niños a ingerir más vegetales y frutas, a llevar una dieta rica en calcio y fibra, y a educarse en los buenos modales. Además, esta costumbre evita el riesgo de consumir sustancias tóxicas, fomenta un mejor rendimiento escolar gracias a las conversaciones con adultos y amplían su vocabulario. Comer en familia al menos una vez al día reduce la tensión y el estrés.
- Desayunos saludables, energía y sabor para empezar el día: la fruta entera es uno de los alimentos más recomendados por su cantidad de fibra y por su capacidad saciante. También los lácteos y el pan integral. Se sugiere evitar los desayunos recargados de azúcar, con bollería y batidos, que tienen alto pico glicémico.
- Menú saludable: en la “carta” debe haber cada semana pescado azul, blanco, carne blanca, verduras, frutas, legumbres, lácteos y huevos.
- Comida sostenible: poner en valor los alimentos, las variedades locales y las recetas tradicionales ayuda a una alimentación equilibrada. Consumir frutas y verduras de temporada, y pan y cereales integrales, así como utilizar aceite de oliva virgen extra como principal fuente de grasa son consejos muy sanos. Reducir los alimentos de origen animal, mejor de ganadería ecológica y de pesca sostenible, o comprar productos locales y a granel son decisiones que también ayudan a comer mejor.