Técnicos que a veces no ves, pero son esenciales para tu salud
Ana, Javier, Elena, José María, Amaia y Alejandro trabajan en las sedes de Pamplona y de Madrid de la Clínica como técnicos, especialistas en áreas diversas: ecografía, laboratorio, audiología protésica, dosimetría, documentación y diagnóstico clínico. No se les ve, pero son fundamentales. Algunos nunca tienen contacto directo con los pacientes, pero los seis trabajan detrás del telón para ayudar a otros profesionales a curar lo mejor y lo antes posible

Texto: Álvaro Sánchez León
Fotografía: Manuel Castells y José Juan Rico
1 de junio de 2024
En un hospital, cada pieza es clave. Como sucede entre los órganos del cuerpo humano, cada profesional es fundamental para que todo el proceso de la asistencia sanitaria fluya antes, más y mejor.
En la Clínica, el trabajo en equipo es seña de identidad. Aunque para muchos pacientes el rostro de la atención sea el de los médicos, las enfermeras o las auxiliares, hay muchos otros profesionales que dedican su jornada a velar para que el reloj de un centro sanitario como este marque el ritmo al milímetro, y esa excelencia repercuta en la calidad de la asistencia a cada paciente.
Hemos buscado detrás del telón de las sedes de Pamplona y de Madrid, y nos hemos encontrado con la ilusión profesional de Ana, Javier, Elena, José María, Amaia y Alejandro: seis técnicos entusiasmados con unos trabajos muy particulares que aportan experiencia, valor y especialización a los servicios que presta este hospital. Algunos ven al paciente, otros solo conocen su nombre y apellidos. Sin embargo, cada minuto de sus jornadas, los seis tienen a cada paciente como epicentro de un desempeño laboral que puede ser desconocido, pero nunca secundario.
Ana López, por ejemplo, es la primera técnico de ecografía de la Clínica. Llegó a la sede de Madrid en 2018, con tres lustros de experiencia bajo el brazo adquirida en otros centros sanitarios. Viste una sonrisa de empatía en 3D. Su misión es hacer ecografías generales, “a través de las cuales obtenemos imágenes de una forma inocua y prácticamente sin preparación previa, de forma cómoda y asequible”.
Entusiasta de su especialización, Ana destaca que “la ecografía nos permite ver patologías importantes en órganos sólidos”. Ahora son tres los técnicos de ecografía que ejercen en la sede de Madrid del hospital y los tres desarrollan su actividad con la idea clara de que su papel “no es sólo apretar un botón, sino hacer lo mejor posible una foto que es clave en el diagnóstico que realizan después los facultativos”.

ANA LÓPEZ
Técnico de ecografía
Es consciente de que su cara es, para el paciente, el reflejo de lo que ve en la pantalla, por eso combina con maestría la empatía máxima —“muy buenos días, don Juan. Vamos a realizarle esta prueba concreta”—con la neutralidad profesional de los gestos, hasta que sean los especialistas los que dictaminen un diagnóstico concreto, apoyados en la ecografía”.
“Trato de que la calidad de mi trabajo sea la misma desde el 1 de enero a las 07.00, hasta el 31 de agosto a las 14.30, que es cuando suelo irme de vacaciones”. A unas 20 ecografías por día, aproximadamente, con sus 20 historias diarias de dudas, miedos, incertidumbres. Entre que es catedrática de ecografía y que acoge con la mirada, en estos seis años en la Clínica, esta técnico pionera ha ayudado a mejorar la salud de muchas personas. Quizá, más de 4.000. De momento.
Muestras, con nombres y apellidos
Javier Blas es técnico del Laboratorio de Microbiología, también en la sede de Madrid de la Clínica. Es parte del equipo desde 2020. A sus manos y las de sus compañeros llegan cada día unas cien muestras de pacientes, que analiza con esmero para que los facultativos interpreten el resultado, se diagnostique con precisión y premura, y se preste la atención médica necesaria cuanto antes.

y al tratamiento”
JAVIER BLAS
Técnico del Laboratorio de Microbiología
El microscopio es la herramienta básica de su jornada. Cuenta con el background de una formación completa, que incluye una licenciatura en Farmacia y la especialización en Inmunología. En el Servicio de Microbiología se dedica a “identificar, fundamentalmente, microorganismos, bacterias, hongos y virus en tejidos y en cualquier tipo de muestra sobre la que sea conveniente investigar: biopsias, heces, orina, prótesis…”. Manualmente, su tarea es realizar la técnica precisa para obtener el resultado con calidad, seguridad y en el menor tiempo posible.
— ¿Cómo tienes en cuenta al paciente?
—“Dándole muchísima importancia a lo que tenemos de él, que es su muestra. Nosotros inspeccionamos bien lo que nos entra por la puerta, nos aseguramos de que la prueba está bien pedida y bien hecha para saber que contamos con la muestra adecuada, y, a partir de ahí, pasan a nuestro proceso orientadas al diagnóstico, que darán después los especialistas. Cualquier determinación de un microorganismo en un hemocultivo de sangre, por ejemplo, será determinante para ayudar a saber qué le pasa a cada paciente y cómo afrontar determinadas patologías”.
Elena Arteta lleva desde 2023 en el Departamento de Otorrinolaringología de la sexta planta de la Clínica en Pamplona: poco tiempo aún, “pero lleno de emociones, progresos y vivencias gratificantes”. Es técnico superior de Audiología Protésica, y ella también tiene bastante conexión física con los pacientes.
Explica que “la audición es un sentido clave que nos permite conectar con las personas, la música, los sonidos, los peligros… Por medio de ella experimentamos recuerdos y sensaciones, o nos comunicamos con el entorno. La pérdida auditiva puede conducir al aislamiento social, a una carencia emocional y, por lo tanto, a perder calidad de vida. Con mi trabajo colaboro técnicamente dentro de un proceso que empieza y concluye el otorrino y que mejora la salud auditiva de muchas personas”.

ELENA ARTETA
Técnico superior de Audiología Protésica
Como audioprotesista, la tarea de Elena “consiste en realizar evaluaciones audiológicas a través de diversos estudios: audiometrías tonales, vocales, timpanogramas, pruebas vestibulares derivadas de vértigos y mareos… Después, transmitimos los resultados a los especialistas de Otorrinolaringología, que se ocuparán de diagnosticar y tratar los problemas de cada paciente. Nuestra labor forma parte de una gran cadena de trabajo en equipo”.
Cuenta Elena que el paciente es el centro de su práctica diaria. Y acota: “La empatía, el respeto y la capacidad de comunicación son habilidades fundamentales, ya que, cuando vienen a realizarse algunas pruebas, lo hacen con miedos, dudas o frustraciones, y debemos ser capaces de tratar a cada cual de la manera más cercana y comprensiva posible”. Escuchar, además de saber, de alguna manera, es el verbo más importante en un departamento como este.
Tratamientos a la medida de cada historia
José María Mogollón forma parte de la Clínica desde 2017. Primero trabajó en Pamplona, y ahora desarrolla profesionalmente su pericia en Madrid. Es técnico de Radioterapia y Dosimetría, y se encarga de “la puesta a punto de los equipos y del diseño de los tratamientos radioterápicos, junto con los físicos y los médicos”, que intervienen en el flujo de la radioterapia, en el que también colaboran técnicos de simulación, técnicos de máquinas y los técnicos de protección radiológica, que velan por la seguridad de los trabajadores.

JOSÉ MARÍA MOGOLLÓN
Técnico de Radioterapia y Dosimetría
Como audioprotesista, la tarea de Elena “consiste en realizar evaluaciones audiológicas a través de diversos estudios: audiometrías tonales, vocales, timpanogramas, pruebas vestibulares derivadas de vértigos y mareos… Después, transmitimos los resultados a los especialistas de Otorrinolaringología, que se ocuparán de diagnosticar y tratar los problemas de cada paciente. Nuestra labor forma parte de una gran cadena de trabajo en equipo”.
Cuenta Elena que el paciente es el centro de su práctica diaria. Y acota: “La empatía, el respeto y la capacidad de comunicación son habilidades fundamentales, ya que, cuando vienen a realizarse algunas pruebas, lo hacen con miedos, dudas o frustraciones, y debemos ser capaces de tratar a cada cual de la manera más cercana y comprensiva posible”. Escuchar, además de saber, de alguna manera, es el verbo más importante en un departamento como este.
Tratamientos a la medida de cada historia
José María Mogollón forma parte de la Clínica desde 2017. Primero trabajó en Pamplona, y ahora desarrolla profesionalmente su pericia en Madrid. Es técnico de Radioterapia y Dosimetría, y se encarga de “la puesta a punto de los equipos y del diseño de los tratamientos radioterápicos, junto con los físicos y los médicos”, que intervienen en el flujo de la radioterapia, en el que también colaboran técnicos de simulación, técnicos de máquinas y los técnicos de protección radiológica, que velan por la seguridad de los trabajadores.

JOSÉ MARÍA MOGOLLÓN
Técnico de Radioterapia y Dosimetría
Por sus manos pasan los tratamientos radioterápicos de fotones, protones, braquiterapia y radioterapia intraoperatoria, “que siempre están personalizados, obviamente, porque, junto con los médicos, las enfermeras y el resto de profesionales, pensamos en cada paciente con exclusividad”.
Los técnicos de dosimetría no tienen a penas trato físico con los pacientes, pero customizan los tratamientos conociendo “toda la información” sobre cada uno de ellos. Desde las 07.00 de la mañana hasta las 23.00 de la noche, dos por la mañana y dos por la tarde en Madrid, y otros dos en Pamplona, se encargan de medir con lupa. Y con eso, queda dicho todo.
Alejandro Percaz es técnico superior de Laboratorio de Diagnóstico Clínico, y trabaja en Laboratorio PET GMP de la Unidad de Radiofarmacia del Servicio de Medicina Nuclear de la Clínica en Pamplona desde 2017.
“Formo parte del equipo que trabaja en el laboratorio donde se sintetizan los radiofármacos para la prueba PET. Detrás de cada dosis hay todo un mundo. La producción de estos medicamentos es muy compleja, así como los controles de calidad que realizamos antes de dispensarlos. Esto implica empezar la jornada a las 06.00, para atender la agenda de pacientes desde primera hora de la mañana, y a lo largo de todo el día. En Pamplona tenemos la ventaja de que el laboratorio tiene producción propia, y eso nos permite contar con una variedad de radiofármacos para distintas patologías que de otra forma sería imposible”.

AMAIA CHAMORRO
Servicio de Archivo y Documentación
Aunque no tenga contacto directo con el paciente en su día a día, explica Alejandro que “en cada uno de los procesos de nuestro trabajo, el protagonista es él. Nuestro lema es: “Esto que hago, va para el paciente”. Lo tenemos especialmente presente cuando se presentan complicaciones técnicas, para solucionarlas cuanto antes”.
Amaia Chamorro fue auxiliar de Enfermería y desarrollaba su trabajo en varias consultas de la Clínica, hasta que hace diez años “me ofrecieron la posibilidad de incorporarme al Servicio de Archivo y Documentación, y no dudé en aprovechar la oportunidad”. Ella había cursado el grado superior de Técnico en Documentación Sanitaria, y este era su tren.
—¿A qué se dedica una persona del Servicio de Archivo y Documentación dentro de un hospital?
— “Nos dedicamos a la revisión de la base de datos de pacientes y su contenidos, a la gestión documental de las historias clínicas, al control del contenido y la correcta cumplimentación de las historias, a la normalización de documentos, a la integración en nuestro sistema informático para garantizar la disponibilidad y reproductibilidad futura de cada historia clínica… Trabajamos con la legislación vigente muy a mano, teniendo en cuenta todo el proceso documental que afecte al itinerario asistencial de cada paciente”.

AMAIA CHAMORRO
Servicio de Archivo y Documentación
Los técnicos de archivo, aclara Amaia, “no trabajamos de cara al paciente. No le ponemos rostro, pero sí nombre y apellido. Somos los responsables de que, día a día, con nuestro trabajo, podamos cumplimentar las historias clínicas de cada persona que pasa por la Clínica. Aunque no los veamos, todos están muy presentes en nuestro trabajo. Nuestro compromiso con ellos valora tanto la integración documental como los tiempos de respuesta, intentando que sean lo más breve posibles”.
— ¿Por qué es importante tu trabajo para la salud de una persona que pasa por el hospital?
— “Es importante para que los especialistas lleguen a un buen diagnóstico médico, sobre todo cuando son nuevos, y partimos con documentación procedente de otro hospital. Saber recopilar la información clínica oportuna y gestionarla adecuadamente es fundamental. Gracias a eso, el personal sanitario dispone de toda la información ordenada para garantizar la mejor asistencia”.
Ana, Javier, Elena, José María, Amaia y Alejandro son seis de los técnicos que ejercen en la Clínica Universidad de Navarra. En estas páginas son el rostro de la profesionalidad de muchos que pasan ocultos, pero que siempre son esenciales. Como las partículas radioactivas: no se ven, pero siempre actúan, en este caso, sembrando de profesionalidad la mejor atención asistencial de la que es capaz cualquier hospital, donde todas las piezas que lo conforman son claves, como en el cuerpo humano.