La resonancia magnética multiparamétrica prevé la evolución del riñón trasplantado de forma no invasiva y sin contraste
La Sociedad Española de Nefrología ha premiado una comunicación e-poster sobre un estudio de la Clínica Universidad de Navarra que concluye que el uso clínico de esta técnica avanzada de imagen podría mejorar el seguimiento de los pacientes trasplantados
4 de diciembre de 2025
Un estudio liderado por el Servicio de Nefrología de la Clínica Universidad de Navarra ha demostrado los beneficios de recurrir a la resonancia magnética multiparamétrica para anticipar cómo evolucionará un riñón después del trasplante. Esta técnica destaca como herramienta segura y no invasiva que permitiría detectar precozmente problemas en el injerto, incluso antes de que aparezcan alteraciones en los análisis de sangre.
Según Rebeca Echeverría, investigadora e ingeniera biomédica de la Clínica, “esta técnica avanzada de diagnóstico por imagen utiliza diferentes parámetros funcionales de la propia resonancia magnética para obtener información muy detallada sobre tejidos y órganos. Al combinar varias secuencias e indicadores, permite una valoración precisa y sin necesidad de contraste”.
Los investigadores realizaron un estudio que incluyó 32 pacientes trasplantados renales a quienes se les realizó esta técnica en la primera semana después de la intervención, a los tres meses y al año del trasplante. Se analizaron diferentes parámetros como el flujo sanguíneo renal y otros relacionados con las características microestructurales del tejido. La Dra. Paloma Martín, especialista en Nefrología de la Clínica, ha explicado que “el parámetro que demostró ser el mejor predictor de la función del injerto renal a 2 años fue el flujo sanguíneo renal, especialmente en las resonancias realizadas en la primera semana y al año”.
Además de este indicador, la resonancia magnética multiparamétrica permite analizar otras variables, como el ADC (Coeficiente de Difusión Aparente) y el T1 (tiempo de relajación longitudinal), que aportan información complementaria sobre el estado del tejido. Estos parámetros analizan cómo se mueven las moléculas de agua en la zona y las propiedades estructurales del riñón, respectivamente. Su combinación con la medida del flujo sanguíneo renal mejora la capacidad predictiva que se obtuvo con dicho parámetro. “Los datos nos muestran que es posible recurrir a esta técnica para anticipar la evolución del trasplante. Su aplicación mejoraría el seguimiento clínico y posiblemente nos podrá ayudar a personalizar los tratamientos”, explica la Dra. Martín.
56 trasplantes renales en 2024
La Clínica Universidad de Navarra realizó 56 trasplantes renales en 2024, de los que 48 se llevaron a cabo con donantes generados en el Hospital Universitario de Navarra. Además, dos pacientes recibieron un trasplante combinado hepatorrenal. Con esta cifra, la Clínica consiguió repetir el récord de trasplantes renales realizados en un año.
La colaboración con el Sistema Navarro de Salud se viene realizando desde que en 1969 se completara el primer trasplante. Durante cinco décadas, el convenio ha permitido que los pacientes mejoren su calidad de vida gracias a un proceso coordinado que une esfuerzos, garantizando el acceso universal y ofreciendo resultados excepcionales.