El tejido cardíaco se daña de forma irreversible cada minuto tras un infarto
La Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la Clínica Universidad de Navarra se mantiene operativa las 24 horas para el abordaje integral del síndrome coronario agudo que minimiza el daño miocárdico
30 de diciembre de 2025
El síndrome coronario agudo constituye una de las principales emergencias médicas y requiere una intervención inmediata para evitar la pérdida irreversible de músculo cardíaco. En España, se registran más de 70.000 infartos de miocardio al año, según datos de la Sociedad Española de Cardiología, y su atención temprana es determinante: cada minuto de retraso aumenta el daño miocárdico y el riesgo de complicaciones.
“En el infarto, el tiempo es músculo. Por cada minuto que pasa, parte del tejido cardíaco puede dañarse de forma irreversible. Nuestro objetivo con las guardias 24 horas todos los días del año en la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista es abrir la arteria obstruida en menos de 90 minutos desde el primer contacto médico”, explica el Dr. Rodrigo Teijeiro, cardiólogo intervencionista de la Clínica Universidad de Navarra.
La disponibilidad de los especialistas permite tratar el infarto de miocardio mediante angioplastia primaria, la técnica recomendada para abrir la arteria coronaria obstruida y restablecer el flujo sanguíneo lo antes posible. Un protocolo coordinado de atención urgente que se activa desde el momento en que el paciente presenta dolor torácico sugestivo de síndrome coronario agudo.
Este abordaje es posible gracias a guardias presenciales y localizadas en ambas sedes, que aseguran la disponibilidad inmediata de cardiólogos, hemodinamistas, enfermería especializada y el equipamiento técnico necesario. Este modelo organizativo permite realizar la angioplastia primaria en los tiempos que marcan los estándares de calidad internacionales, fundamentales para mejorar el pronóstico del paciente.
Además, la Clínica Universidad de Navarra cuenta con recursos de soporte hemodinámico avanzado, como el balón de contrapulsación, y con una UCI especializada en cuidados postintervención, que permite estabilizar al paciente durante las primeras 24 horas y monitorizar de forma continua su evolución cardíaca.
“Una actuación a tiempo es clave para disminuir el daño miocárdico y preservar la función del ventrículo izquierdo a largo plazo. Cuando esto no sucede, aumenta el riesgo de muerte asociado al infarto y, en caso de sobrevivir, se produce un deterioro de la función del corazón que deriva en insuficiencia cardiaca”, añade el Dr. Rafael Ruiz Salmerón, responsable de la Unidad de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista de la Clínica.