Al alimón

La grandeza de ver la dignidad de la persona en un cuerpo vulnerable


En el marco del 70 aniversario de la Facultad de Enfermería, presenciamos un cara a cara entre dos enfermeras que hablan de su profesión desde el pasado, el presente y el futuro: María Ángeles Sánchez, exdirectora de Enfermería de la Clínica, e Itziar Merino, joven enfermera del Área médico-quirúrgica

Silueta María Ángeles Sánchez. Enfermera jubilada.

María Ángeles Sánchez

Antigua directora de Enfermería de la Clínica

Silueta Itziar Merino

Itziar Merino

Enfermera especializada en médico-quirúrgica

Texto: Enrique Cabrera

Fotografía: Manuel Castells

13 de febrero de 2025

Durante este curso, la Facultad de Enfermería de la Universidad de Navarra está celebrando sus setenta años, una cantera de grandes profesionales que a lo largo de este tiempo ha repartido a más de ocho mil profesionales por toda la geografía española e internacional. Entre sus estudiantes, muchas enfermeras han desarrollado su carrera profesional en la Clínica. María Ángeles Sánchez, ya jubilada, e Itziar Merino comparten en este encuentro algunas reflexiones sobre la evolución de la Enfermería.

Imagen de María Ángeles Sánchez e Itziar Merino, enfermeras de la Clínica Universidad de Navarra, caminando por un pasillo del Área de Hospitalización.

Itziar Merino: María Ángeles, desde que llegaste a la Clínica, ¿cómo fue tu trayectoria profesional y cómo ha evolucionado la Enfermería?

María Ángeles Sánchez: Soy de Andalucía. Vine a la Clínica en 1974 para hacer la formación postbásica en quirófano y trabajé dos años en esa área. Luego pasé a la dirección de Enfermería y estuve 25 años como directora. Después llevé el Área de selección y formación de personal durante diez años, hasta mi jubilación en 2013.

Por aquel entonces, la Clínica ya llevaba 12 años en marcha. La he visto crecer. Aquel año se inauguraba la tercera fase. Todo ha cambiado muchísimo. A mejor, evidentemente. Y la Enfermería ha evolucionado en la formación y en los estudios. Yo hice una formación que entonces era eminentemente práctica, la formación técnica. Luego pasamos a los diplomados y todo el desarrollo posterior hasta llegar a las facultades de Enfermería actuales. La formación que se da a una enfermera ahora no tiene nada que ver con la que se daba en nuestra época, uniendo siempre las competencias profesionales con la calidad humana en el trato.

MAS: Itziar, ¿cómo ves tú la evolución de la Enfermería?

IM: La verdad es que me parece muy interesante saber que la Clínica tiene las especialidades en Enfermería desde hace tanto tiempo. Creo que es muy puntero, porque, al final, es algo que hoy en día está muy en boca de todo el mundo y la Clínica ha sido pionera en este aspecto. Basta ver todas las especialidades que se ofrecen actualmente en los másteres de Enfermería.

IM: Y tú, María Ángeles, ¿qué cambios consideras más significativos en la Enfermería desde que comenzaste hasta ahora?

MAS: Yo, cuando vine, ya había terminado la carrera y había trabajado un año en un hospital de Madrid, y me llamó muy gratamente la atención el hecho de que la entonces Escuela de Enfermería estuviera dentro de la Universidad, y que tuviera esa perfecta unidad con la Clínica. Aquí siempre hemos palpado ese espíritu universitario en todo: formación, intercambio con la escuela, profesores, tutores, estudiantes… Una relación muy estrecha de colaboración que ayuda mucho a la formación continua. Supongo que todo ha avanzado mucho, pero el espíritu que anima a esta Clínica es el mismo. Un modo de ser y de hacer que ayuda a tener esa relación enfermera-enfermo, que es lo realmente importante.

MAS: Itziar, ¿qué desafíos crees que enfrenta la Enfermería en el futuro?

IM: Yo creo que ahora estamos haciendo mucho hincapié en la investigación, clave para el futuro de la Enfermería. También la autonomía de las enfermeras. En la Clínica tenemos muchísima autonomía, siempre coordinadas con el resto del equipo multidisciplinar. Muchas veces nos anticipamos en situaciones complejas y observo que eso gusta mucho, tanto al equipo médico como a los pacientes. Somos las que estamos día a día con el enfermo.

IM: María Ángeles, ¿puedes compartir alguna anécdota o experiencia memorable de tu carrera?

MAS: Anécdotas podrían ser muchas, pero, sobre todo, tengo experiencias muy positivas. Aparte de las inevitables dificultades que van surgiendo en el día a día, lo más positivo ha sido contar siempre con un gran equipo trabajando a mi alrededor. Un hito que recuerdo con especial cariño fue la decisión de dar un cambio cualitativo en la Enfermería de la Clínica mediante planes de formación para supervisoras, enfermeras y auxiliares. Todo esto fue en los años 94 y 95, que abordamos un cambio sustancial. Aquel equipo de personas puso los cimientos para todo lo que se ha desarrollado posteriormente, para que esa formación estuviera siempre presente, exigente, continuada y en la que participaran todos los profesionales.

MAS: Y a ti Itziar, ¿qué te motivó a elegir la Enfermería como profesión?

IM: Yo soy de Guipúzcoa, de un pueblecito, y mi tía-abuela por parte de madre era practicante. Ahora tiene 90 años. El ámbito de la salud siempre ha estado muy metido en casa y mi tía nos ha inculcado, tanto a mí como a mi hermana, la Enfermería. La verdad es que lo mío era completamente vocacional. Fue una suerte poder estudiar aquí en la Universidad, porque creo que es muy diferencial respecto a otras, sobre todo en el trato con el paciente. Aquí se hace mucho hincapié y se tiene mucho en cuenta al paciente. Bueno, y a la familia. Luego me gustó mucho la Clínica, las especialidades, la forma de trabajar...

IM: ¿Qué consejo me das a mí y a otras jóvenes enfermeras que están comenzando su carrera?

MAS: A ver, tú ya lo has dicho en cierto modo, y me ha dado mucha alegría. Yo siempre he pensado que para ser una buena enfermera se requiere una gran competencia profesional, que esto ya viene dado por la formación, especialización… Pero a la vez se precisa una gran calidad humana en el trato con el enfermo. Los intangibles, las cualidades humanas, sin los que no se puede ser una buena enfermera. Eso es así. Una puede ser competente profesionalmente, pero si no tiene unas cualidades humanas que le capacitan para tener un buen trato con el paciente, empatizar con él, no puede ser una buena enfermera.

MAS: Itziar, ¿te gusta la docencia, te gusta enseñar?

IM: Sí, ahora estoy empezando en ese ámbito. Es algo que nunca lo hubiera imaginado que me llamara la atención, pero me está empezando a gustar. Desde que terminé la especialidad estoy llevando alumnas, y ahora voy a dar un paso más allá formándome como docente.

MAS: ¿Y cómo valoras la formación que has recibido y qué aspectos destacarías?

IM: Académicamente hablando, yo creo que en la Universidad tenemos muchísima suerte por todos los equipos punteros que hay a la hora de realizar la praxis. Por ejemplo, tenemos la sala de simulación, que nos da la oportunidad de hacer todos los procedimientos que luego realizaremos como enfermeras en un futuro. A nivel teórico creo que el profesorado está muy bien preparado. La formación que se da es muy buena. Y luego la parte de la calidad humana y del trato con el paciente es fundamental. Una profesora nos decía muchas veces que hay que tener en cuenta que al paciente siempre le vamos a encontrar en una situación de vulnerabilidad.

IM: ¿Qué mensaje te gustaría compartir con las futuras generaciones de enfermeras?

MAS: Pienso que la sociedad actual, que tiene una cultura con una desmesurada preocupación por el bienestar a toda costa, está poco preparada para comprender la grandeza de un cuerpo enfermo, de la fragilidad y la vulnerabilidad que tú has comentado ahora. Las nuevas generaciones vienen de esa cultura y hay que prepararlas, enseñarles a ver. Me parece que no es fácil, pero tampoco difícil. La grandeza de ver la dignidad de la persona en un cuerpo vulnerable, enfermo y frágil. Establecer relaciones humanas de ayuda en esos momentos de debilidad puede tener unas consecuencias inigualables, en positivo o en negativo, para cualquier paciente.

Ver la grandeza en la miseria de la enfermedad. Puede parecer una idea etérea, pero pienso que es importante para la formación profesional y académica de la Enfermería. Esto lo transmiten a las nuevas generaciones las enfermeras que lo tienen asumido y no se encuentra en ningún libro.

IM: Yo siempre digo que hay trabajos que tienen que ser vocacionales, y creo que la Enfermería es uno de ellos. Es un trabajo sacrificado. Uno entra a una habitación y se tiene que olvidar un poco de la mochila que lleva detrás. Hay que saber estar ahí y hacerse cargo de la situación, de la familia, del entorno para atender a todo eso. No me parece un trabajo donde te vas a hacer rica ni vas a tener los mejores turnos. Tiene que ser vocacional. O te gusta o no te gusta.

¡Mil gracias por tus consejos, María Ángeles!

MAS: ¡Gracias a ti y cuida mucho a los pacientes!