Dr. Antonio Bazán: “Ante todo, el cirujano plástico es médico, y lo primero que debe hacer es escuchar al paciente”
El Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universidad de Navarra dispone de la última tecnología para la mejor atención en cirugía reconstructiva, estética y reparadora. El Dr. Antonio Bazán, su director, aborda todo el potencial de una especialidad entre la tradición y la innovación constante en la historia del hospital

Texto: Alfonso Muerza
Fotografía: Manuel Castells
2 de octubre de 2025
El Dr. Antonio Bazán es director del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora de la Clínica Universidad de Navarra. Por sus manos de cirujano pasan historias de pacientes con problemas de salud relacionados con la necesidad de una reconstrucción o reparación, o con la mejora de la apariencia física. Por un lado, la Cirugía Plástica reconstructiva tiene el objetivo de restaurar la forma y función de partes del cuerpo afectadas por muy diversas posibles causas, ya sean malformaciones congénitas, accidentes o enfermedades, como el cáncer. Por otro, la Cirugía Estética persigue mejorar la apariencia física para mejorar la autoimagen corporal y proporcionar bienestar emocional. Dos caminos de avance complementarios. El Dr. Bazán destaca el valor de ambas vertientes de la especialidad, poniendo por delante el criterio médico y la valoración individualizada, y apoyándose en la investigación y el progreso técnico.
¿Qué abarca la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora?
Es una especialidad muy amplia cuyo campo de aplicación se extiende por todas las áreas corporales, pero quizás lo más característico o definitorio es el enfoque con el que aborda los problemas específicos de cada paciente, según su localización, etiología, magnitud y repercusión en su estado general de salud. La especialización en este ámbito abarca desde cirugías que intentan corregir las afecciones que tienen que ver con un defecto congénito, un accidente o una enfermedad oncológica –que sería la vertiente “plástica-reconstructiva” de la especialidad– hasta la cuestión estética, cuyo objetivo es mejorar la imagen corporal, lo cual también mejora la calidad de vida. Ésta última sería la faceta “plástica-estética”. Sea cual sea la motivación, en nuestra actuación siempre se trata de aplicar criterios de proporcionalidad anatómica y quirúrgica y mantenerse en los parámetros más estéticos posibles.
¿Cómo se traduce ese enfoque transversal en la práctica diaria?
En dos vías paralelas, muy similares e íntimamente relacionadas, que constantemente se cruzan: la cirugía puramente reparadora y la cirugía estética. Como decíamos, la primera hace referencia a todas las intervenciones necesarias para afrontar las consecuencias de accidentes, traumatismos o enfermedades. En la segunda, se tienen en cuenta aspectos corporales, físicos, que se desearía corregir o mejorar para sentirse bien al mejorar la propia imagen.
¿Cree que está estigmatizada la vertiente estética de la especialidad?
Puede, pero no debería. Por ejemplo, en el contexto general del tratamiento de un cáncer de mama, si bien puede no ser lo más urgente o importante, nadie negaría que ofrecer la reconstrucción del seno –siempre que se pueda– es parte integral del tratamiento, con el objetivo de tratar de restaurar la imagen corporal dañada y mejorar la calidad de vida de la paciente. Por la misma regla de tres, una reducción mamaria ante un tamaño excesivo o, al contrario, un aumento mamario con implante en casos de insuficiente desarrollo o proporción, pueden ser tratamientos oportunos e indicados si se persigue el bienestar de una paciente concreta, con nombre, apellidos e historia. Mejorar la imagen corporal, la autoestima y sentirnos bien con nuestro propio cuerpo es, en muchos casos, parte del proceso de curar y cuidar.
¿Se puede operar cualquier parte del cuerpo?
Es la eterna cuestión… Muchas actuaciones quirúrgicas son posibles de realizar, pero no todas son convenientes. El límite es impreciso, porque entran en juego muchos factores propios de cada paciente como, por ejemplo, la magnitud del defecto en cuestión. Hay personas que se ven cosas que los demás no vemos. Y no me refiere solo a los profesionales, sino a sus propias familias. En el mundo de la estética, la subjetividad es una realidad con la que se cuenta. Además, hay que considerar las circunstancias personales de cada uno y, por eso, es muy importante la prudencia y la valoración individualizada. Por ejemplo, dependiendo de la edad o de los problemas de salud previos, quizás no sea conveniente realizar un determinado tratamiento quirúrgico estético, por mucho interés que el paciente muestre. En el ámbito de nuestra especialidad, técnicamente se pueden hacer muchas cosas, aunque no todas deben realizarse con criterios uniformes. Cada caso es único.
¿Por qué se ha normalizado y aumentado este tipo de intervenciones?
Afortunadamente, vivimos en un momento de la humanidad y de la sociedad en la que nos podemos permitir ciertas cosas, más allá del sobrevivir. En este contexto, algunas personas, en el ámbito de su intimidad, consideran que pueden requerir ciertas intervenciones para verse o sentirse mejor. Si la valoración médica global lo considera razonable, estos avances pueden ayudar a mejorar algunos aspectos de la vida, como la autoestima e imagen corporal, que también son importantes para nuestra felicidad, aunque no sean así de determinantes para otras personas. Aunque pueda parecer exagerado, la cirugía plástica-estética puede ser –y, de hecho, es– mucho más curativa para muchas personas de lo que a priori puede parecer.
¿Cualquier paciente puede operarse de lo que quiera?
En la Clínica, no. Ni mucho menos. Nunca se puede intervenir a nadie sin ser valorado previamente en consulta y conocer sus circunstancias, inquietudes, motivaciones, su salud… Por desgracia, algunas personas no lo entienden, pero en nuestro hospital se valora todo en una primera y preceptiva cita médica. El motivo, como hemos comentado antes, es saber si está en condiciones de someterse a una determinada cirugía y si sus expectativas son realistas. Nuestra obligación es ayudar a cada paciente a decidir con información, prudencia, oportunidad y criterio médico en ese proceso.
¿En qué sentido?
Los cirujanos plásticos somos médicos comprometidos con velar en todo momento por el bienestar y la seguridad del paciente. Si operamos es porque creemos que el paciente va a mejorar. La Clínica Universidad de Navarra es, además, un hospital sin ánimo de lucro que no se mueve exclusivamente por razones mercantiles. Evidentemente, desde nuestro departamento tenemos la capacidad de ayudar a la persona en lo que necesite, pero atendiendo, en primer lugar, a criterios médicos y éticos. Además, en este hospital multidisciplinar contamos con compañeros de otras especialidades que aportan todo su conocimiento para que el resultado global del trabajo en equipo sea el más idóneo y seguro. Precisamente, ese carácter transversal de la Cirugía Plástica hace que la interrelación y colaboración con múltiples especialidades médicas y quirúrgicas sea constante, y todo ello redunda en el beneficio de nuestros pacientes.

DR. ANTONIO BAZÁN
Director del Departamento de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora
¿Hay objetividad en la faceta estética o depende del criterio del especialista?
Desde el punto de vista de la objetividad, hay aspectos sociológicos y antropológicos asumidos. Además, depende mucho también del rol social y del momento de la historia en el que estamos. Por ejemplo, en determinadas regiones del mundo, bien sea por razones geográficas, sociales, culturales o simplemente étnicas, hay más inquietud por ciertos aspectos físicos, mientras que en otras zonas puede haber más interés por lo contrario. Hay que entender a cada paciente en su contexto particular. Aunque existen cánones de belleza racionales y de aceptación general que nos sirven de guía, en el quirófano también interviene el criterio del especialista. Recalco lo que decíamos antes: hay que manejar criterios de proporcionalidad y parámetros estéticos en todas nuestras actuaciones, sean estas reconstructivas o meramente estéticas.
¿Cómo es ese trabajo multidisciplinar?
El contacto entre la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora con otras especialidades es estrecho y permanente, en todos los ámbitos. Ante problemas médicos o quirúrgicos que requieran una reconstrucción, trabajamos estrechamente con especialistas de Otorrinolaringología, traumatólogos, cirujanos generales, Área de Patología Mamaria, ginecólogos, etc. Realmente, gracias a ese carácter transversal del que hablamos antes, tenemos el privilegio de poder colaborar con todas las especialidades, y eso nos estimula cada día a buscar nuevas alternativas y soluciones para los muy diversos problemas que se dan en un hospital general como la Clínica.
Pero también en sentido contrario. Por ejemplo, ante algunos casos estéticos de percepción subjetiva, nos ayuda mucho poder contar con el apoyo de la profesionalidad de la valoración psicológica, que nos ayuda a individualizar al máximo y a tratar a cada paciente con una medicina personalizada, que es seña de la Clínica.
¿Cómo debe ser un cirujano plástico en la Clínica Universidad de Navarra?
Un cirujano plástico no puede olvidar nunca que, ante todo, es un médico, y lo primero que debe de hacer es escuchar al paciente. Aunque es una especialidad muy técnica, es vital escuchar y oír al paciente, porque su percepción es muy importante. La prudencia y la claridad son dos virtudes necesarias que trascienden las habilidades quirúrgicas del cirujano plástico.