Dr. Javier Arbizu: “Este reconocimiento es fruto de la trayectoria, la visión y la determinación de un gran equipo”
En la última edición del Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) se ha reconocido al Servicio de Medicina Nuclear de la Clínica como el de mejor reputación de España. El Dr. Javier Arbizu, director del servicio, habla en esta entrevista sobre una especialidad a veces desconocida que se ha incluido por primera vez en esta clasificación

Texto: María González Zabal
Fotografía: Manuel Castells
13 de febrero de 2025
Este Servicio ha sido reconocido como el de mejor reputación de España, entre hospitales públicos y privados. ¿Es un Servicio de vanguardia?
Hemos sido, y seguimos siendo, un departamento pionero. Este reconocimiento no es algo que se haya generado en el último año, sino que es la culminación de una trayectoria. Esta historia empezó a principios de los 90, cuando se creó un equipo multidisciplinar liderado por el Dr. José Ángel Richter para poner en marcha el primer centro PET con ciclotrón y laboratorio de Radiofarmacia de España. Aquella fue una decisión complicada, porque la inversión era monumental, pero se tomó con visión y determinación y, como se ha comprobado después, con acierto. Posteriormente hemos seguido creciendo, incorporando nuevos perfiles más técnicos en el procesamiento y análisis de imagen: enfermeras, técnicos de imagen y auxiliares cada vez más capacitadas y especializadas en la atención a los pacientes y la realización de pruebas.
La parte clínica también ha sido importante. La colaboración con los especialistas de la CUN, líderes a nivel nacional e internacional, ha sido clave para progresar y estimularnos en nuestro día a día. Si surgía una nueva técnica de interés clínico o de investigación, nosotros valorábamos con ellos su posible utilidad y, después de estudiarla al detalle (muchas veces con estancias en otros centros internacionales), la poníamos en marcha y a disposición de los clínicos. Esta forma de trabajar nos ha permitido estar siempre a la cabeza.
Disponer de un equipo PET o SPECT de última generación está muy bien, pero sin el apoyo de técnicos, físicos o ingenieros que nos ayuden a exprimir las máximas prestaciones, y de un equipo de Radiofarmacia capaz de proporcionar los radiofármacos más avanzados, no hubiera sido posible. Y sin especialistas convencidos de su utilidad tampoco.
Hay otro aspecto que también ha influido en este reconocimiento: la aportación de la sede de Madrid. Primero, porque nos convierte en un Servicio mucho más potente y, también, porque nos da una dimensión clínica difícilmente alcanzable exclusivamente con la sede de Pamplona. Actualmente, nuestro Servicio está a la altura de los grandes departamentos de referencia a nivel internacional.
Medicina Nuclear es, en ocasiones, una especialidad desconocida. ¿En qué consiste exactamente?
Se trata de una especialidad médica que tiene dos facetas: una mayoritaria de diagnóstico por imagen, y otra de terapia con radionúclidos (isótopos radiactivos). La imagen diagnóstica se genera a partir de la radiación que emiten determinados isótopos radiactivos. El isótopo se une a una molécula específica, constituyendo lo que denominamos radiofármaco. Se administra al paciente por vía venosa, no tiene ningún tipo de efecto farmacológico, pero que nos permite visualizar dónde se metaboliza, dónde se deposita y, por lo tanto, nos permite plasmar una imagen tridimensional y cuantificar aspectos moleculares y específicos de las enfermedades.
En función del objetivo de la prueba se elige la molécula. Un ejemplo muy actual es la técnica PET con PSMA en el cáncer de próstata. Un isótopo emisor de positrones (Galio-68 o Flúor-18) va unido a una molécula PSMA, proteína que normalmente se encuentra en la superficie de las células de la próstata, pero que su presencia se dispara cuando hay un tumor. Si administramos este radiofármaco, la técnica PET nos permite visualizar la extensión del cáncer y detectar las recaídas después del tratamiento.
Estoy hablando de tumores, pero también se utiliza para la evaluación de la actividad ósea inflamatoria como causa de dolor de columna, una patología muy común. Mediante técnicas de Medicina Nuclear podemos localizar cuál es la fuente del dolor y dirigir el tratamiento. Va más allá de la pura imagen anatómica del hueso, porque nos proporciona información sobre la parte que está inflamada y produce dolor.
También es muy importante en la valoración de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o el párkinson, donde podemos visualizar procesos patológicos específicos y aspectos moleculares que forman parte de la fisiopatología de la enfermedad. Esa característica es la que nos distingue respecto a otras técnicas de imagen más convencionales.

El Servicio de Medicina Nuclear de la Clínica es el más prestigioso de España, según el último MRS.
Pero también tiene una vertiente terapéutica, ¿verdad?
Efectivamente, también forma parte de Medicina Nuclear la terapia con radiofármacos. En este caso utilizamos la radiación que emiten algunos isótopos para destruir lesiones, generalmente tumorales. Estos isótopos van unidos a moléculas específicas que se integran en el tumor, destruyendo por efecto de la radiación las células tumorales sin irradiar a los tejidos vecinos.
En la Clínica, tanto en la sede de Madrid como en la de Pamplona, contamos con habitaciones especialmente acondicionadas para poder administrar estas terapias con las medidas de seguridad necesarias. Tradicionalmente, se ha empleado el radioyodo en el cáncer diferenciado de tiroides, pero en la actualidad se han desarrollado terapias que permiten tratar otros tumores, como el carcinoma de próstata, los tumores neuroendocrinos, el hepatocarcinoma, metástasis hepáticas y carcinomas dermatológicos. También se tratan enfermedades no tumorales, como el hipertiroidismo y la inflamación articular (sinovitis).
En esta línea de desarrollo, se ha acuñado el término TERAGNOSIS para definir la doble capacidad de determinadas moléculas de unirse a isótopos que radian las células tumorales (“TERA” de terapia), y también de unirse a isótopos que se utilizan para obtener imágenes diagnósticas (“GNOSIS” de diagnóstico). Estas moléculas están resultando muy efectivas en el tratamiento de algunos cánceres y, por tanto, han despertado el interés de las grandes compañías farmacéuticas que están apostando por el desarrollo de la teragnosis con nuevos ensayos clínicos.
Por lo que ha contado, un buen Servicio de Medicina Nuclear es un gran apoyo a otras especialidades.
La Medicina Nuclear ha evolucionado enormemente en los últimos 25 años, ofreciendo técnicas que permiten visualizar aspectos moleculares de la enfermedad, cruciales para entenderla y realizar un diagnóstico correcto para orientar un plan terapéutico adecuado a cada paciente. La visualización de las características moleculares específicas de cada enfermedad aporta al clínico una información que con frecuencia va más allá de las alteraciones estructurales detectadas por las técnicas de imagen convencional. De hecho, actualmente, los criterios diagnósticos de muchas enfermedades incluyen las técnicas de imagen molecular de Medicina Nuclear para establecer el diagnóstico clínico.
¿Hacia dónde va la Medicina Nuclear?
Creo que el futuro está muy bien definido. Por un lado, el desarrollo de la imagen molecular PET y SPECT con nuevos radiofármacos que faciliten un diagnóstico preciso de la enfermedad en las fases más iniciales. Incorporar estas técnicas a la práctica clínica para facilitar la toma de decisiones terapéuticas indicando, por ejemplo, una intervención quirúrgica en unos casos y, en otros, evitándola para emplear otros tratamientos más efectivos en ese momento. Simplificar y abaratar el acceso a estas técnicas.
Por último, el desarrollo de la teragnosis para comercializar nuevos radiofármacos con isótopos radiactivos que nos permitan radiar las lesiones tumorales con mayor efectividad y una mínima toxicidad.