El liderazgo histórico de la CUN
En el avance universal contra el cáncer de hígado, los profesionales de la Clínica Universidad de Navarra han tenido bastante protagonismo. Como destaca el Dr. Bruno Sangro, “esta es la historia de un trabajo coral de vanguardia”.
El coordinador del Área de Cáncer de Hígado y Páncreas del CCUN destaca el papel de este hospital en la consolidación de los criterios expandidos para optar a un trasplante de hígado: “Muchos pacientes se han curado porque ampliamos esos límites con evidencia científica”. O la incorporación de la resección laparoscópica de hígado en pacientes con cirrosis gracias a la experiencia del equipo quirúrgico, “con lo que hemos ayudado a que se operen personas que no habrían podido pasar por el quirófano”.
Subraya el hito de haber sido “el primer hospital de Europa en poner en marcha en 2003 una pauta pionera de radioembolización, como un proceso terapéutico alternativo ante tumores hepáticos no operables, que también ha ido evolucionando a lo largo de la última década, y que hoy se ha convertido en pauta común”.
Otro logro importante ha sido el desarrollo de la inmunoterapia en este ámbito oncológico, “que nació en la Clínica en un proyecto conjunto con la industria farmacéutica. Los buenos resultados de ese estudio inicial, en el que fue clave la iniciativa del Dr. Ignacio Melero, atrajo el interés de investigadores e industria, multiplicándose los resultados eficaces. Hemos participado en todos los ensayos que mejoran este tratamiento, lo cual supone una novedad internacional esperanzadora permanente”.
El siguiente paso está sobre la mesa con la reciente puesta en marcha del Programa de Cribado de Cáncer Hepático diseñado por los profesionales de la Clínica, que espera convertirse en un avance importante en el diagnóstico precoz. Teniendo en cuenta que en Europa la tasa de pacientes con este tumor sigue rondando el 6,8% por 100.000 habitantes, principalmente mayores de 65 años, los especialistas consideran importante seguir mejorando el screening con este programa, que es pionero en España y se centra en “la máxima personalización y en el máximo rendimiento”.
“Hasta ahora, el cribado se basaba en identificar personas con cirrosis o con fibrosis avanzada. Se les hacía una ecografía cada seis meses, una técnica que solo detecta 6 de cada 10 tumores, y no siempre en etapas precoces. Pensamos que esos resultados se pueden mejorar individualizando el enfoque del cribado, según el nivel de riesgo. Si el riesgo es muy alto, haremos al paciente una resonancia magnética abreviada con contraste, cuyo éxito diagnóstico se estima cercano al 90%. Si el riesgo es mediano, además de la ecografía habitual, se ayudará a la eficacia de la técnica con marcadores en sangre que aumentan la sensibilidad. Y, si el riesgo es bajo, haremos un seguimiento anual, compatibilizándolo con la promoción desde la consulta de hábitos saludables para cuidar el hígado de cada paciente”.