Historias de la Clínica

Mª Dolores Godino: "Habíamos llegado a tiempo, el siguiente paso era el cáncer"


Tras un tiempo sufriendo distintos síntomas digestivos, Dolores acudió a consulta en el Departamento de Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra en su sede de Madrid, donde pudieron tratarla de un pólipo que estaba muy próximo a convertirse en una lesión tumoral

Imagen de Dolores y su marido, paciente de la Clínica con un diagnóstico precoz de cáncer de colon.
María Dolores Godino y su marido en la sede de Madrid de la Clínica.

Texto: Ana Agüí

Fotografía: José Juan Rico

1 de septiembre de 2022

La historia de Dolores comenzó con una visita a la consulta tras un tiempo presentando distintos síntomas digestivos. Para aclarar el origen del problema, el equipo médico de la Clínica le realizó una serie de procedimientos endoscópicos, entre los que se encontraba una colonoscopia. Como en otras tantas ocasiones, fue gracias a esta técnica diagnóstica que se pudo identificar un pólipo en la zona del recto, en concreto una lesión preneoplásica (aquella que podría convertirse en una lesión clínicamente invasora y con capacidad metastásica).

EL DATO

90%

El cáncer de colon en detección precoz es curable en más del 90% de los casos.

Lo que a priori no tenía el tan temido diagnóstico de cáncer, sí estaba muy próximo a convertirse en una lesión tumoral invasiva. Aunque fue una noticia dura, Dolores se sentía realmente afortunada: “El Dr. Riesco fue amable y cariñoso, supo exponer muy atentamente de lo que se trataba, incluso me hizo un dibujo donde me explicaba muy bien las fases y me generó mucha confianza, así que inmediatamente le dije que sí. Fue una decisión muy acertada porque habíamos llegado a tiempo: el siguiente paso era el cáncer”.

Imagen de los pacientes de la Clínica en la consulta de Digestivo del Dr. Riesco. Clínica Universidad de Navarra

Mª Dolores Godino y su marido junto al Dr. Riesco en una revisión posterior a la intervención endoscópica.

El equipo médico extirpó poco después la lesión mediante una técnica llamada disección submucosa y, además, utilizó una sutura en la cicatriz para evitar síntomas posteriores. Esta técnica endoscópica mínimamente invasiva permite hacer una extirpación selectiva de la lesión sin afectar a todas las capas del tubo digestivo y sin la necesidad de extirpar un segmento del tubo digestivo que luego haya que volver a empalmar. El objetivo principal es que el paciente tenga una recuperación más rápida y satisfactoria.

"Tras la operación no tuve dolor ni sangrado y pude volver a mi vida normal".

Mª DOLORES GODINO
Paciente

“En el caso de Dolores, tras la extirpación realizamos una sutura endoscópica, con la intención de que la paciente se recuperara antes y, dado que necesitaba tomar medicación para la coagulación de la sangre, se redujera el riesgo de sangrado”, explica el Dr. José María Riesco, responsable del Departamento de Digestivo de la Clínica.

Ella misma asegura que no presentó dolor alguno tras la operación: “No he tenido ningún dolor y me pude ir a casa el mismo día que me realizaron la operación. Tampoco tuve sangrado, no hubo ningún problema y pude volver a mi vida normal, estoy realmente muy contenta”, concluye Dolores. 

Imagen icono redondo color de una lámpara de quirófano

Disección submucosa endoscópica: una técnica mínimamente invasiva

La disección submucosa endoscópica es una técnica indicada para lesiones detectadas en el esófago, estómago, colon y recto que presentan degeneración neoplásica superficial (una masa anormal de tejido resultante de la multiplicación excesiva de células)  y que tienen muy bajo riesgo de haberse extendido  fuera del órgano.

También es aplicable en el caso de pólipos planos o deprimidos (pequeños bultos que crecen en la pared  del colon) con presencia de cicatrices por procedimientos previos, que no pueden ser extirpados con las técnicas habituales.

Esta técnica se realiza en Unidades Endoscópicas con experiencia, donde el anestesista seda al paciente y, por vía endoscópica, se realiza una incisión por fuera de los márgenes laterales de la lesión y, a continuación, se extirpa en una sola pieza.

Es fundamental que la lesión se quite en un solo bloque porque, en el caso de que la lesión detectada haya progresado hacia un proceso maligno, el especialista en anatomía patológica (que estudia la estructura celular) puede analizarla con detalle y asegurarse de que se ha extirpado por completo, con bordes libres suficientes para asegurar la curación completa.

Para llevar a cabo el procedimiento, se utiliza un mini-electrobisturí de 1-2 milímetros de longitud que se introduce a través del propio endoscopio. Tras finalizar la extirpación queda una úlcera superficial que cicatriza en pocas semanas de forma espontánea.

Imagen de una de las salas de endoscopias de la sede de Madrid de la Clínica Universidad de Navarra.

Cáncer de colon

Detección temprana para un tratamiento eficaz