Historias de la Clínica

Déjalo KO. Tumba al cáncer de mama yendo a tus revisiones


Más de trescientas mil personas siguen a Susana Pérez, la mujer detrás de la cuenta de Instagram @webosfritos. “Soy la Sra. Webos: cocino, escribo, comparto y disfruto”, reza su biografía en la plataforma. Sus recetas saludables y su actitud positiva han conquistado a una comunidad que acompaña a Susana ahora, también, en su proceso de recuperación de un cáncer de mama

Imagen de Susana Pérez, paciente de cáncer de mama en la Clínica Universidad de Navarra.
Susana Pérez ha encontrado en las redes sociales una forma de ayudar en el tratamiento del cáncer.

Texto: Carmen Guerrero

Fotografía: José Juan Rico

1 de octubre de 2024

“Siempre he sido muy disciplinada”, explica la Sra. Webos. “Toda mi vida he madrugado mucho para trabajar y cuidar de mi familia. Creo que ser disciplinado viene muy bien para muchas cosas”. Y así se ha demostrado. Gracias a su entrenada fuerza de voluntad, Susana acudió a la revisión rutinaria de cáncer de mama en vez de posponer la cita para más adelante, como estuvo tentada de hacer. Y ahí estaban. Dos tumores pequeños muy profundos en la mama izquierda que, en el momento de la biopsia, supo que debía extirpar. “Mi doctora, Isabel Rubio, me indicó que no era una sentencia de muerte para nada, pero tendría que seguir un tratamiento durante varios años tras la cirugía”.  

No era la primera vez que el cáncer llegaba a la familia. Susana conocía bien la dureza del proceso y las preocupaciones que le acompañarían. Sin embargo, desde el primer momento decidió adoptar una actitud positiva. “Soy anti-lamentos. Me propuse ser la paciente modelo y cumplir con todo lo que me dijera el médico. Por primera vez, iba a ser partícipe de mi recuperación”. 

Actitud 1 // Cáncer 0 

Es muy difícil cuidar la salud mental en un proceso de cáncer, que empieza de repente, sin avisar. Susana no quiso cerrar los ojos a la dificultad de la situación, pero tampoco iba a dejarse superar por ella. Como explica la influencer: “cuando encadenas situaciones tristes vas hundiéndote y poniéndote trabas a ti mismo. Sin embargo, si esa cadena la empiezas con actitud positiva, el primer acto ayudará a encajar el segundo… Y así con el resto”. 

Con la naturalidad y franqueza que le caracterizan, la Sra. Webos aclara que “el cáncer es una faena, pero también afloran cosas positivas; por ejemplo, la alegría de vivir de verdad. Es decir, este proceso me ha ayudado a discernir lo que realmente es importante y lo que son tonterías en las que no merece la pena enzarzarse. Tengo 58 años. No estoy para tontadas. Y esa es una lección muy valiosa que me llevo de toda esta experiencia”. Así, puso la disciplina al servicio de una actitud positiva que le ayudaría a encarar cada paso del proceso de tratamiento. 

Imagen de Susana Pérez, paciente de la Clínica Universidad de Navarra, con unos guantes de boxeo que simbolizan la importancia del ejercicio físico durante el tratamiento de cáncer de mama.
“Confía en tu médico. Confía en la Sra. Webos. Si yo me encuentro mejor haciendo deporte a mis 58 años, tú también puedes. Cada uno a su nivel”

SUSANA PÉREZ
Paciente

Tras la tumorectomía y unas sesiones de radioterapia con apnea –esto es, para preservar la zona del pulmón y el corazón– su oncólogo, el Dr. Antonio González, director de Oncología Médica del CCUN, le recetó un tratamiento hormonal durante cinco años que seguramente contaría con dos efectos secundarios: dolor articular y un fuerte cansancio. “Acto seguido me dio unos consejos supervaliosos. El primero: ‘no pienses en el tiempo que te queda. Piensa que estás invirtiendo en tu salud’. El segundo: ‘tienes que comer saludable’; y el tercero: ‘tienes que hacer deporte’. ‘Fantástico’, pensé, ‘lo segundo lo he hecho siempre y lo tercero ya lo hago’. Qué equivocada estaba”. 

Un nuevo estilo de vida 

Excursiones por Cuenca, paseos por la playa de Lourido en A Coruña, rutas montañosas por Guadalajara… Susana ha sido siempre muy activa –y así lo comparte en sus redes sociales– hasta que el cansancio –efecto secundario de su tratamiento– empezó a ponerle trabas. “Por muy animada que estuviera, reconozco que me costó digerir tal agotamiento”. 

En su siguiente visita al oncólogo su vida daría otro giro. “Me dijo que no era suficiente con caminar y que convendría que me apuntara a un gimnasio e hiciera ejercicios de fuerza para paliar el cansancio y la pérdida de masa ósea (osteopenia) que sufro desde la menopausia. Me quedé atónita”, confiesa la influencer, que no daba crédito a lo que oía. ¿Cómo iba a paliar el cansancio haciendo ejercicio de fuerza en un gimnasio? 

“A mis 58 años no me veía en mallas en un gimnasio. Pensaba que era cosa para los opositores a bomberos, pero no para mujeres como yo”. Aun así, Susana confió. Acompaña por su marido, empezó a hacer algunos ejercicios orientados y aplicó la disciplina, esta vez, en la tarea de ejercitarse poco a poco. 

“El mundo del gimnasio empezó a ser para nosotros una cosa muy especial. Vi que iba mucha gente como yo, muchos de ellos también por salud, y cambió mi chip. Ahora la alumna más aplicada soy yo”. No importa si ha tenido un día malo, bueno, con dolor o sin dolor, Susana hace deporte todos los días, de lunes a jueves, cuarenta y cinco minutos. “Se trata de una cuestión de actitud. Todavía no he llegado al punto de disfrutar al salir del gimnasio. ¡Qué va! Salgo agotada, pero al día siguiente estoy mejor. Y así poco a poco”. 

Al cabo de un año, en la siguiente visita al Dr. González Susana recibió la noticia de que, por primera vez desde la menopausia, no había perdido masa ósea. “Esto no es una carrera, es una inversión en salud”, explica la Sra. Webos, “quiero tener la mejor salud posible. Poder caminar bien cuando tenga muchos años, subir mi maleta en el avión, hacer muchas cosas… Y he entendido que para eso es fundamental que mis músculos y huesos estén entrenados”. 

Así lo transmite en sus redes sociales, donde anima a sus seguidores a hacerse cargo de su salud y a descubrir los beneficios que el deporte le ha dado a ella. “Día que pasa, día que doy gracias a Dios por estar viva, por apreciar lo verdaderamente importante y, sobre todo, por no saltarme aquella revisión”, concluye.